Un hecho curioso se produjo en el vecino país. El plantel del equipo de Capurro estaba accediendo al estadio de Nacional cuando su entrenador tuvo un entredicho con un funcionario policial que terminó con su detención. En solidaridad el plantel decidió no jugar el partido. La policía lo liberó, volvió al estadio y el encuentro se reprogramó para más tarde.
De acuerdo a la versión que manejan colegas charrúas, el técnico de Fénix le habría sugerido al policía, que en moto escoltaba al ómnibus, que se corte media cuadra a contramano para acceder directamente al vestuario visitante sin tener que pasar por entremedio de la hinchada de Nacional que en masa se daba a la cita al Parque Central, algo que fue desoído por el funcionario. De ahí el entrenador Rosario Martínez se habría bajado del ómnibus a reclamarle airadamente al policía y fue reducido por los integrantes de las fuerzas de seguridad que esposado lo llevaron a la comisaría.
Presa de la indignación, con el estadio completo, los futbolistas de Fénix decidieron abandonar el partido para acompañar a su detenido entrenador. El sindicato de futbolistas apoyó la decisión de los jugadores albivioletas, e incluso el plantel del rival Nacional, sin embargo, la policía decidió liberar al técnico y el partido se llevó a cabo 75′ después.
@lostribuneros