Yugoslavia
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¿Te acordás de la selección de Yugoslavia?

Fue por décadas un lindo referente del fútbol internacional, tanto de clubes como aún más su selección. Su estilo atildado de jugar, sus figuras en los grandes de Europa, aquellos goleadores, animación permanente en cualquier torneo que fuera parte marcaron su rica vida con la pelota. Hasta unos pocos buenos resultados como los Mundiales le dieron fama. Pero una vez más, la locura de la tensión política y nacionalista trajo la absurda sucesión de guerras, su disolución y su triste final. Yugoslavia, aquella potencia futbolera amenazante, caía como el comunismo, como sus inocentes 140 mil vidas, como esa riqueza que había construido casi un siglo.

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, el antiguo reino de los serbios, croatas y eslovenos (tres de las seis repúblicas que formaban su territorio) gestó el nacimiento de la nación socialista. Yugoslavia empezó a competir en los Juegos Olímpicos, debutando en 1920 en Amberes (Bélgica) con dura caída 0-7 ante otra potencia del este como Checoslovaquia. Pero no sólo siguió en la órbita de los Juegos (primer rival de Uruguay en 1924) sino que fue uno de los cuatro valientes que viajaron en barco al primer Campeonato Mundial en tierra celeste, en 1930, donde fue el mejor por lejos de una Europa mediocre, cayendo en semifinales con el local 6-1 y terminando cuarto en la tabla general.

El conjunto de camiseta azul no regresaría a la gran escena hasta los años 50, casualmente cuando su líder Josip Prosztito, conocido como Tito, se convirtió en su presidente y gobernó con mano dura hasta 1980. Su rivalidad con el soviético Josef Stalin dio lugar a una batalla entre ambos países en los Olímpicos de Helsinki en 1952, donde los yugoslavos iban 5-1 y la URSS le remontó a 5-5, aunque vencieron 3-1 en desempate y fueron medalla de plata de la bella Hungría de Puskas. Ya habían perdido la final de Londres 48 ante Suecia y también la de Melbourne 56 justamente ante su archirrival soviético.

La cuarta fue la vencida en Roma 1960, cuando derrotaron a Dinamarca 3 a 1 para su único oro. Ese 60 alcanzaron la decisión de la inaugural Eurocopa, que repetirían en 1968. En su tercera Copa del Mundo al hilo en Chile 62, se tomaron revancha de una Alemania Federal que les ganaba siempre y arribaron a semifinales, cayendo ante Checoslovaquia y siendo cuartos contra el bravo local. Era época de esos brillantes valores como el arquero Beara, Cajkovski, Milutinovic, Mitic, Bobek  o el excepcional Sekularac. Recién volvió en Alemania 74, donde consumó la famosa goleada 9 a 0 a Zaire y quedó en segunda fase grupal ante el local, mientras que en España 82 no pasó la primera a pesar de futbolistas como Buljan, Surjak o Vujovic.

En 1980, Tito falleció y el país comenzó un declive político y económico, agravado por el surgimiento de nacionalismos que buscaban su separación. Más allá de su bronce olímpico en Los Ángeles 84 o las grandes tareas del Estrella Roja en las copas de clubes, las diferencias étnicas y religiosas y sobre todo la locura motivaron el nacimiento de las primeras independencias: Serbia, Croacia y Eslovenia, pero al mismo tiempo u una serie de conflictos bélicos conocidos como Guerras Yugoslavas que siguieron hasta 2001.

Todo ennegreció el título del Estrella Roja en Europa y la Intercontinental, el de los Sub 20 de 1987 con Boban, Prosinecki y Suker de líderes o la buena actuación de la selección en Italia 90, cuando pusieron en aprietos a Argentina en ese recordado cuarto de final que Sergio Goycochea decidió atajando dos tiros desde el punto penal. Y peor aún, tiró al suelo la clasificación balcánica para la Eurocopa 1992, lograda aquel 13 de noviembre de 1991 en Viena ante Austria 2 a 0. Ya en el verano del 92 varios países reconocieron la disolución de Yugoslavia, que igual alcanzó a jugar un último partido el 25 de marzo perdido 0-2 con Países Bajos. Mientras tanto, el destino quiso que su derrotado en la eliminatoria, Dinamarca, lo reemplazó en la Euro y fue campeón.

Serbia y Montenegro, dos de los nuevos estados, formaron una nueva Yugoslavia y así compitieron hasta 2006, cuando el segundo declaró su separación días antes de la Copa del Mundo de Alemania. Mientras tanto, Croacia fue tercero en Francia 98 y las demás partes iban avanzando de a poco, lo que luego demostrarían con el tiempo: Eslovenia en el Mundial corea-Japón 2002, Bosnia-Herzegovina en el Mundial 2014 y Macedonia del Norte eliminando a Italia de Qatar 2022. Se había ido la gran Yugoslavia del gran fútbol. Pasó ‘como su guerra: sólo quedaron sus recuerdos.

Diego Martín Yamus.

diegoperiodista93@gmail.com.

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