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Pico era todo un personaje del barrio porteño de Caballito. Estábamos en un negocio de Primera Junta por 1997 y mi veterano amigo llamado Pico llega llorando de la risa. «Casi me mato, pero de la risa», dijo.
-Yo andaba haciendo trámites por el Centro y de repente veo a la selección de Perú; ni bola les di de movida pero me llamó la atención un flaco alto que tomaba mate, estaba con el termo- dijo Pico.
Lo miré y comencé a reírme sin parar, la cara de este hombre era un poema, además imaginé lo que podía venir porque Pico era así.
Prosiguió con su relato -Le dije «¿Un peruano con el termo y mate?????» no puede ser… lo único que me falta es que seas uruguayo y de Peñarol: me suicido, me tiro en el medio del tránsito- contaba don Pico.
– El arquero me miró y me dijo «no se tire jefe, no se tire»- prosiguió.
La cara de Pico y las carcajadas de quienes escuchábamos su historia fue un festival. En broma le dijimos «¿al menos le sacaste el nombre?». Nos dijo «Sabés que no, pero fijate en el diario que sale».
El negocio ubicado en el corazón de Primera Junta por aquellos años era frecuentado por muchos uruguayos, el 95% eran simpatizantes de Peñarol (por eso la burla de don Pico); quien cuenta la historia de El Tanque Sisley, un herrero, un pintor y un ordenanza hinchas de Danubio ¡eran 3! y un docente del «Bolso».
El arquero en cuestión era Julio Balerio. Fallecido este lunes en su natal Montevideo Nuestras condolencias a sus seres queridos.
Marcelinho.
@lostribuneros
