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Los octavos de final de la Eurocopa dejaron su primera sorpresa con la eliminación de la «Naranja Mecánica», clara favorita de cara al título. En Budapest la República Checa dio el golpe al vencer por 2-0 a Países Bajos.
La Oranje era la favorita por lejos, incluso, en el primer tiempo demostró quién manda y que estaban para quedarse con su segundo título luego de aquel memorable 1988.
Malen, Wijnaldum y Depay eran los encargados del ataque neerlandés, secundados por un fuerte mediocampo con de Jong y de Roon en el centro y por los costados van Aanhilt Dumfries, mientras que detrás de ellos estaba parada una línea de tres.
Jugaba bien la Oranje ante una chéquia que apenas pudo pasar la mitad de cancha y que por una pierna no sorprendió con un tanto.
Países Bajos no rompía el arco de Vaclik; chéquia jugaba con cuatro defensores y con Holes moviéndose por el centro colaborando con la defensa y el ataque.
Schink era el atacante al estilo punta de lanza, mientras que el poblado mediocampo con Sevcik, Barak Soucek y Masopust. Estos hombres en la complementaria cambiaron radicalmente su rendimiento, especialmente cuando de Ligt sea expulsado por desviar el balón con la mano en calidad de último hombre, viendo la roja directa.
La expulsión del excelente defensor rompió directamente el esquema neerlandés planeado por Frank de Boer en el minuto 55. Aprovechando el hombre de más chéquia fue al frente en busca de la hazaña.
En el minuto 68 Toma Hole puso el 1-0 que desmoralizaría a los neerlandeses, mientras que el minuto 80 Patrik Schick les dio el toque de gracia.
República Checa por cuartos de final se las verá con otra que entró por la ventana: Dinamarca.
@lostribuneros
