Nada de sorpresas hubo en esta edición de la Champions League, y como siempre sucede, los más ricos y taquilleros llegaron a la definición; Barcelona – Bayern Munich y Juventus – Real Madrid se verán las caras.
Tras la caída del comunismo y con un neoliberalismo atroz en torno al fútbol, los clubes europeos marcaron una brecha descomunal entre clubes ricos y pobres. La lucha, que comenzó a partir de 1990, se volvió tan despareja, que muchos países perdieron el interés por el fútbol, e incluso, varios clubes juegan por jugar.
La Champions League es el mayor exponente. Por eso, que tendremos luchando por el título a cuatro clubes archi-millonarios, y nos quedamos con las ganas de ver a alguno que se haya «salido del libreto» y esté peleando con los poderosos.
Nada de un Steaua Bucarest en la lucha, un Panathinaikos, un Celtic Glasgow, un Feyenoord o el propio Ajax. Siempre son los mismos a excepción de una Juventus, que está bañada en oro, pero que generalmente es una institución de «entrecasa», de esas que cuando salen al continente hacen papelones.
La UEFA, feliz de la vida, hizo el calendario y se guardó como plato fuerte un posible Barcelona – Real Madrid en la final.
Juventus encara primero en casa al Real Madrid, mientras que Barcelona deberá definir en el Allianz Arena frente al local Bayern Munich, un lugar en la final.
@lostribuneros