«Seguridad» de exportación: Palmeiras obliga a estudiantes paraguayos a ocultar su bandera para no «ofender» al césped

SÃO PAULO. La política anti-violencia del Palmeiras ha alcanzado niveles de absurdo burocrático, convirtiendo al imponente Allianz Parque en un santuario hipersensible donde incluso la visita guiada se vuelve una prueba de lealtad.

Una delegación de estudiantes paraguayos, en un inocente recorrido técnico, fue interceptada por celosos directivos que, aplicando un reglamento más rígido que el cemento de la tribuna, les exigieron una humillación pública: dar vuelta sus camisetas de la Albirroja para ocultar escudos y colores. Aparentemente, la sola vista del rojo, blanco y azul guaraní es un riesgo de seguridad mayor que dejar un bidón de nafta en el vestuario.


 

El Peligro de un Símbolo Patrio

 

La explicación oficial del club, digna de un manual de Kafka, sostiene que la medida es una «política general» para «garantizar la seguridad», prohibiendo el ingreso con camisetas de cualquier selección o club. Sí, usted leyó bien. El temor no era una horda de barrabravas, sino una docena de universitarios inofensivos, cuyo único «delito» era portar con orgullo la identidad de su país.

El vocero del club, con una seriedad que raya en el patetismo, insistió en que no fue discriminación. Claro que no. Es solo una regla tan ridícula que, en la práctica, solo logra un objetivo: humillar en público al visitante extranjero bajo la excusa de un protocolo que ni los aeropuertos más paranoicos se atreven a aplicar.


 

Doble Discurso y el «Verde» de la Contradicción

 

La ironía es tan pesada que podría descalabrar la cancha. Este es el mismo Palmeiras que ha levantado la bandera contra la xenofobia y el racismo, que se llena la boca con discursos de inclusión, solo para aplicarle a un grupo de estudiantes la versión futbolística de la ley mordaza.

La indignación en Paraguay fue inmediata y justificada. Mientras en redes el video se hacía viral, la prensa guaraní se preguntaba: ¿Desde cuándo la identidad nacional es una amenaza a la seguridad? ¿Qué clase de caos temía Palmeiras? ¿Qué los estudiantes contagiaran su pasión por la Albirroja al pasto brasileño?

La realidad es que el club demostró una falta de criterio y sensibilidad bochornosa. Convirtieron un gesto de buena voluntad (la visita) en un acto de rendición, demostrando que su reglamento interno es más importante que la cortesía internacional. Al final, lo único que quedó claro es que el Allianz Parque tiene un dress code tan estricto que solo se permite entrar con la camiseta del equipo local… o completamente despojado de cualquier identidad que no sea la de un turista que paga sin chistar.

Una victoria pírrica para el reglamento. Una derrota aplastante para el sentido común.

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