Por Pedro Ramón Clavijo. Equipo RDR. La Colonia.
Sin dudas que los hechos conocidos el miércoles a la noche en la cancha de Young, se repudian. Obviamente que nadie va a aplaudir un caso de violencia, como el de marras. Está en la tapa del libro.
Pero. ¿Cuántas veces, desde hace cuantos años, desde tantos partidos, se ha dicho lo mismo?
Estamos sumidos en un descontrol de retórica directriz y gremial a nivel de OFI y de AIAF, que ya, aburre.
Siempre lo mismo.
Se lamenta profundamente que la Confederación del Sur, no haya mantenido aquel documento, donde se encomendó a una solución definitiva, o no se jugaba. Esa iniciativa, se vino abajo, por la rutina del seguir, porque hay que seguir, porque siempre se siguió.
AIAF, ha tomado decisiones gremiales tan obsoletas como aburridas, de escaso contenido reformador como didáctico. Primero porque sus medidas, no han dado resultado y cada vez más, ocurren agresiones. Segundo de que sus árbitros, cada vez, encaran con menor jerarquía su función y salvo escasas excepciones, el nivel que se observa es de escaso valor. Para decir con mayor claridad, las ternas son discretas, confusas y hasta discordantes en sus obligaciones, porque no aciertan ni siquiera en el contacto visual que ayuden al otro.
El campeonato nacional, se juega en escenarios con la cuarta parte de sus gradas ocupadas. Recientemente estuvimos en el Monegal y el Casto Martínez Laguarda. Hace 30 años, cada presentación canaria o maragata, eran de lleno total, algarabía, entusiasmo, aliento. Hoy da pena. Silencio, frialdad, tribunas casi vacías, por lo menos demuestran otra vez estas primeras fechas.
Nos apena lo de Di Maggio, como apena cualquier agresión, en cualquier ámbito de la vida nacional. Nadie lo merece, ni nadie lo debería recibir. Ocurrió y todos repudian. Todos se encomiendan a tribunales, juzgados, policías y mil soluciones. Pero, apenas continúe el torneo, se olvidará y todo volverá a reciclarse cuando inminentemente ocurra. O sea, cuando un aficionado, dirigente o jugador se sienta perjudicado, suelte su contención de una vida dura y violente contra un funcionario arbitral.
Por eso, el mensaje es de reflexión. Pero no al público. A los responsables de esto. AIAF y OFI. Que piensen. Que hagan. Pero no política. Que actúen, para tener un contenido de excelencia, no caduco y deprimido.
Una solución. Que los tribunales actúen fuerte. Redoblen la apuesta. Exijan a sus dirigentes a tomar responsabilidad y que los responsables de desmanes, sean llevados ante la Justicia, con la denuncia propia de los organizadores del espectáculo. Que no pase, el “no lo ví”. “Es un amigo” “Un conocido”. “Un muchacho bueno”. Porque mil veces pasa luego, que aquel que denuncia, se transforma en un buchón, en ese código no escrito, que nos asfixia.
Como vuelve a pasar ahora. ¿Que AIAF suspenda?. Es de otro tiempo. Es gremialismo perimido, antiguo, que no conduce a nada. Ese sindicalismo, hoy se tiene que preocupar más por el nivel de sus asociados, que mejoren, su nivel técnico, físico, intelectual, porque de agresiones, actos de violencia, es donde deben actuar las instituciones de este país. Claro si tienen todos los elementos disponibles. Ahí. Está la responsabilidad a OFI y de AIAF, que luego serán transferidas a sus afiliadas y asociados.
Fuente: FutbolFlorida.com
Diego Martín Yamus
@lostribuneros