Lionel Scaloni era a mediados de 2018, durante el desastre de la selección argentina en el Mundial de Rusia, uno de los colaboradores de un hombre llamado Jorge Sampaoli, que se decía entrenador pero que en la práctica nunca lo fue. Tras el pobre trabajo (eliminación con Francia en octavos de final) Scaloni quedó como el único técnico (técnico) sin haber dirigido, pero el único disponible para seguir timoneando ese barco a la deriva. Hoy, ese “técnico disponible” lleva a la gloriosa albiceleste a su sexta final y, quizás, al ansiado tricampeonato.
Pero volvamos a ese crudo invierno argentino 2018, no sólo por nuestro típico clima. Mientras el ex mediocampista de Newell’s, Estudiantes de La Plata y Deportivo La Coruña estaba en el cargo, decorativamente, se empezaron a barajar apellidos. El primero, como tantas veces, Marcelo Gallardo. Otro, como tantas veces, Diego Simeone. Se habló con Ricardo Gareca, negociación tan tibia que el “Tigre” fue fiel a su contrato con Perú. A todo esto, ni la Sub 20 seis ocasiones campeona del mundo tenía conducción y debía disputar el torneo amistoso de L’ Alcúdia, en España. Scaloni fue nombrado para la juvenil y ganó contra todo pronóstico el título.
Entonces, ese “técnico disponible” fue desesperadamente llamado para cargarse a la mayor, como interino sin experiencia más que ese Sub 20 de pretemporada. Triunfos contra equipos menores le fueron dando viento de cola. Lo mismo que el tercer puesto de la Copa América 2019 en Brasil, lo cual lo confirmó en el caliente banco, de cara a las siempre duras eliminatorias y a la chance de otro Mundial para limpiar la sucia imagen de 2018.
El que era injustamente denostado “traidor” por haber supuestamente dejado a Sampaoli fue quien guió a Argentina a una pareja ruta previa y a Qatar 2022. Y a su cumbre hasta aquí, la Copa América 2021 nuevamente en Brasil, que gracias a su tarea el equipo le ganó al local en el propio estadio Maracaná, rompiendo el maleficio de 28 años (desde la de Ecuador 93) sin vencer en torneo alguno, una humillación para la rica historia albiceleste.
Pero además el nativo de Pujato (provincia de Santa Fe) logró una base, un conjunto, una continuidad. Y ese conjunto logró hacerlo con las superestrellas hasta ahí tan apagadas, empezando por el ahora mejor del mundo Lionel Messi. Y tras una campaña brillante, ese técnico interino y de la Sub 20 está a punto de darle ese tercer halago que Argentina tanto espera desde Maradona, Bilardo y México 86. Un tal Lionel Scaloni, el único disponible, está ya en la historia grande. Le gane o no a Francia este domingo en la finalísima. Porque escribimos, como suele decirse, sin “el diario del lunes”. Y alguien sin nombre y sin experiencia puede llevar a Argentina a la gloria que merece largamente.
Diego Martín Yamus.
Diegoanita@hotmail.com.ar