Los «cuervos» iban 1-0 abajo, resultado que parecía inamovible. Ortigoza cerca del final igualó, sin embargo, el equipo juninés se dejó avasallar y en tiempo de descuento, cuando el empate era un hecho, el «Pitu» Barrientos puso el 2-1.
Télam. San Lorenzo, que llegaba en estado de gracia por la reciente conquista de la Supercopa Argentina, festejó esta noche un gran triunfo sobre Sarmiento de Junín por 2-1, en el Nuevo Gasómetro, logrado en el cuarto minuto de adición con una fría definición de Pablo Barrientos.
El ‘Pitu’, goleador y figura en la noche de Córdoba el miércoles pasado, recibió un pase ‘riquelmeano’ de Néstor Ortigoza, enfrentó al arquero, lo engañó con un pase al medio y definió al primer palo para hacer explotar a un estadio preparado para una fiesta por la obtención del título ante Boca
La tarde tuvo un comienzo traumático para el equipo de Pablo Guede cuando Walter Busse puso en ventaja a Sarmiento a los seis minutos de juego por un remate de Walter Busse que se desvió en el defensor Matías Caruzzo y descolocó al arquero Sebastián Torrico.
El empate tardó en llegar, recién a los 30 minutos del segundo período, con un penal de Néstor Ortigoza después de una discutida falta a Leandro Romagnoli cometida por Guillermo Ferracuti, luego expulsado.
San Lorenzo, que el martes visitará a OIimpo de Bahía Blanca, sumó cuatro puntos y quedó como escolta del líder Colón de Santa Fe (6) en la Zona 1, en tanto los de Junín permanecieron con tres unidades, que buscarán aumentar el miércoles que viene cuando reciban a Gimnasia y Esgrima La Plata.
Sarmiento demostró muy rápido que no asistía en calidad de invitado a la fiesta del local por la consagración con la goleada ante Boca. Con osadía, el equipo de Sergio Lippi le dificultó a su rival la salida desde el fondo y se puso en ventaja en una de las primeras acciones de ataque, con un remate de Busse que se desvió en Caruzzo y descolocó al arquero Sebastián Torrico.
En la jugada del gol, San Lorenzo quedó desacomodado por una salida a destiempo de Marcos Angeleri, en lo que fue un anticipo de las dificultades defensivas que se repitieron después sin que los de Junín pudieran capitalizarlas.
Guede ideó un equipo con un mediocampo para tener la pelota, algo que recién pudo conseguir pasado el cuarto de hora cuando sorteó la presión de Sarmiento en ofensiva. No hubo diálogo fluido entre Néstor Ortigoza, Fernando Belluschi, Leandro Romagnoli ni Pablo Barrientos, aunque sí llegadas de peligro en el arco de Emmanuel Trípodi.
El local pudo empatar con un cabezazo desviado de Blandi (21m.), un centro de Romagnoli que Martín Cauteruccio no alcanzó a conectar (24m.), un remate de Barrientos que tapó el arquero (26m.) o una definición del atacante uruguayo que también bloqueó Trípodi (33m.).
Para la segunda parte, el DT de San Lorenzo entendió que debía reforzar la capacidad de lucha en la línea media y por eso incluyó a Franco Mussis en lugar de un Belluschi poco participativo e incomodado por la marca del uruguayo Hamilton Pereira.
De esa forma, adelantó unos metros a Ortigoza y lo liberó de responsabilidad defensiva con la intención de favorecer la conexión del equipo con el doble nueve.
Pero tras comprobar que Sarmiento mantenía firme su estructura de contención, el equipo local apeló a los desbordes por afuera de Ezequiel Cerutti y de inmediato al aporte de Sebastián Blanco, en reemplazo del lesionado Angeleri, lo que obligó al ‘Gordo’ a retroceder otra vez para ayudar en la recuperación.
San Lorenzo quedó entonces con un equipo de corte muy ofensivo, con sólo tres defensores, dos de ellos, laterales con vocación de ataque. La búsqueda del empate fue caótica, con hombres desplegados en todo el ancho del campo y poca claridad.
Nada de todo eso parecía alterar el orden de Sarmiento, al que se le presentaba la chance de liquidar el juego en cada contragolpe frente a la desprotección del local en defensa. Pero el partido comenzó a allanarse para San Lorenzo cuando Romagnoli fue enganchado en el talón por Ferracuti y el árbitro Germán Delfino no dudó en sancionar penal, pese al reclamo de los jugadores visitantes.
Ortigoza encaró el balón a los saltos, sin denunciar el perfil de su remate y colocó la pelota al otro palo elegido por Trípodi, quien se lanzó a su derecha. La igualdad representó un desahogo para el ‘Ciclón’ y lo motivó lanzarse hacia la victoria con una ambición extraordinaria.
Desde entonces, Sarmiento casi no pudo cruzar mitad de cancha y se vio desbordado por ambos costados, especialmente el derecho, donde Cerutti dibujaba trazos con gambetas ilegibles. Con el tiempo reglamentario cumplido lo tuvo Blandi pero el arquero detuvo la pelota en la línea.
El acoso ‘azulgrana’ era incesante, al menos ocho jugadores rodeaban el área de Sarmiento y en el descuento, con el apremio del reloj, Ortigoza y Barrientos tuvieron la lucidez para conectarse de manera magistral y decretar una victoria que cerró una semana perfecta.
Télam
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