Cosas tan injustas como demagógicas se viven hoy por hoy en la Argentina. La cruel «peste» de Covid-19 que está azotando al mundo entero, y especialmente al país más austral del continente, está haciendo de las suyas y dejando expuestas muchas caras.
Sin ánimo de entrar el politiquería y esas cuestiones. Más allá de la ideología que cada uno tenga, hay cosas que se caen de la rama y que dan mucha, pero mucha indignación o como decimos en el barrio: bronca.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, liderado por Horacio Rodríguez Larreta, optó por liberar la práctica de deportes basadas en caminar y correr, lo que ahora denominan en un lenguaje «topishimo» llamado «runners», pero para aficionados.
Es decir que la multitud puede salir de casa a hacer lo que habitualmente no hace, y que en verdad de esa muchedumbre que ha salido a copar Palermo, especialmente, apenas un 2 por ciento son verdaderos corredores (runners como le gusta decir a los admiradores de Inglaterra).
El problema de fondo es tratar de que los seres humanos eviten contacto entre sí para que la peste no se propague, genial, pero demagógicamente Larreta optó por ‘soltarlos’ a todos, pero cuando Deportivo Riestra optó por salir a hacer sus ejercicios, ya que sus futbolistas sobreviven con lo que el club puede pagarles, les cayeron con todo el código penal.
La indignación viene porque no permiten que los verdaderos deportistas, esos que están federados y que viven justamente del deporte, no puedan cumplir con sus entrenamientos.
Hablamos de fútbol, porque es el deporte más popular, pero podemos hablar de básquet, vóley, natación, artes marciales, tenis, rugby, y otros tantos deportes que precisan de sus jugadores.
El deporte federado tiene todas las herramientas para que cada practicante lo haga con serias medidas de higiene. Sin embargo, optaron por liberar a quienes salieron en banda, uno encima de otro, sin tapabocas y haciendo de la ciudad un caldo de cultivo.
Volviendo al ascenso y a Riestra, también pensamos en clubes de provincia de Buenos Aires, y ahora el tirón de orejas es para el gobernador Axel Kicillof, quien debería rever la cuestión.
Imaginamos a un Fénix, por ejemplo, con su versión de fútbol masculino y femenino y divisiones menores que, tras una gran inversión para poder establecerse en Moreno, se ven atados de pies y manos, impidiendo que sus deportistas salgan a entrenar y ganarse el mango.
Podemos mencionar a diversos clubes, a muchos clubes del llamado AMBA que están presos.
El fútbol femenino venía en auge. Las chicas comenzaban a demostrar sus habilidades con la pelota sin ganar un peso, a puro pulmón, también ellas se ven con que todo se acabó y todo lo que habían evolucionado vuelve a foja cero. Nadie les da algún tipo de idea o les busca una solución para que vuelvan a entrenar.
¡Vamos hombres y mujeres de la política! Aflojen un poco. Piensen en el federado que gana tres pesos con veinte pero que eso le alcanza para comprarle los fideos y el arroz a sus hijos.
Dicen pensar en el que está peor, sea Alberto, sea Larreta o sea Kicillof, pero vemos que no están teniendo una visión muy clara y considerada y están más enfocados en el posible votante que en el ciudadano.
@lostribuneros