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El legendario Romario, el famoso goleador brasileño que nos hizo soñar en la cancha, ha vuelto a ser el centro de atención esta semana con sus comentarios picantes en la previa de la final de la Copa Libertadores entre Fluminense y Boca Juniors.
El exjugador de la selección brasileña, conocido por sus hazañas en el Barcelona, no se mordió la lengua al expresar sus opiniones sobre el equipo argentino. «Quien debe llevarse la Libertadores es el Fluminense. Argentino que se joda, esos hijos de pu@#. Es así, y que Boca vaya a la con** de su madre. Soy desde Fluminense desde que nací. Yo jugué en el Fluminense, soy carioca, tengo cariño por el club, y es la hinchada más encantadora que tuve oportunidad de conocer, es el mejor equipo y lo merece de verdad», declaró Romario a Globo.
A pesar de su declaración apasionada en favor de Fluminense, Romario tiene una historia con otros equipos de Río de Janeiro. Jugó en dos oportunidades para el Vasco da Gama y también se le consideró un «Dios» en el Flamengo, equipos que son rivales acérrimos de Fluminense.
Pero Romario es más que un ícono del fútbol. También ha incursionado en la política, pasando de la izquierda al lado extremo derecho del espectro político en Brasil. Actualmente, se desempeña como senador por Río de Janeiro, aunque ha sido objeto de críticas por alejarse de sus orígenes y por su estilo de vida lujoso.
Este exfutbolista ha sido duramente criticado por haber olvidado sus raíces y haberse distanciado de la gente trabajadora desde que asumió su cargo como senador en 2014. ¡Una figura controvertida, sin duda!
