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El futbolista Robinho volvió a jugar en el Santos. Hecho que generó todo tipo de protestas, especialmente por parte de hinchas del conjunto peixe; condena por violación y doble discurso de la directiva que hace campañas en contra de la violencia de género.
En este caso Robinho viajó con Santos a la ciudad de Curitiba para encarar al Coritiba por el Brasileirâo, allí en torno al Couto Pereira, un movimiento llamado «Gurias do Couto» (las pibas del Couto) fueron a escrachar al futbolista acusado dos veces de violación (Leeds y Milán) y encontrado culpable en la segunda, mientras que en la primera quedó libre por el beneficio de la duda.
«Repudamos todo tipo de vilencia contra la mujer. No te calles, denunciá. Buscá ayuda. Marcá 180. Firmado las Gurías do Couto, de Curitiba, de Brasil, de Italia, del mundo», colgaron una pancarta las mujeres quienes se solidarizaron con la joven albanesa víctima del futbolista.
Dicha pancarta fue puesta estratégicamente para que la televisión lo capte. Así ocurrió.
Para que esto suceda el club Coritiba fue quien autorizó a los mujeres a que cuelguen el «trapo».
«Nos cedieron el espacio, teniendo en cuenta la consideración que todo fue hecho a las corridas», comentó Natalia Oliveira, líder del movimiento vinculado al Coritiba.
Robinho, condenado a nueve años de prisión por la violación grupal de una joven albanesa en una disco de Milán en 2013, firmó hace unos días con el Peixe. Varios contratos cayeron tras la decisión de llevarlo al club.
El 10 de diciembre habrá una nueva audiencia en Italia. Podrían pedir la captura del futbolista que por ahora responde en libertad por el pago de una fianza.
@lostribuneros
