River clasificado y Gallardo, irascible: «La moneda cayó de este lado»

Un River con doble cara

¡El Monumental fue una caldera de emociones! En una noche de copas con todo el folklore argentino, River Plate se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Pero más allá del festejo, en el ambiente quedó la sensación de un triunfo de esos que no convencen. El equipo empató 1-1 con Libertad de Paraguay, y después de un 0-0 en la ida, el pasaje se definió por penales. ¿El héroe de la noche? Franco Armani, que se vistió de superhéroe para salvar a un equipo desorientado.

Durante los primeros 30 minutos del primer tiempo, River dominó a voluntad. Mostró el juego protagonista que le exige su historia, un equipo bien plantado, con la presión alta y la pelota al pie. Sin embargo, ese inicio arrollador se desvaneció. La expulsión de Galoppo fue un golpe durísimo, y el equipo, en lugar de compactarse, se confundió. El empuje de la hinchada, que suele ser su motor, esta vez se convirtió en una carga, llevando al equipo a cometer errores.

Un DT entre la euforia contenida y el fastidio a flor de piel

En la conferencia de prensa post-partido, el DT de River, Marcelo Gallardo, demostró que, aunque contento por el pase, la actuación de su equipo lo dejó con un sabor agridulce. “Los primeros 30 minutos hicimos lo que teníamos pensado… después nos quedamos”, dijo, sin esquivarle al bulto. “Jugar con uno menos es muy difícil… el empuje de nuestra gente nos hizo confundir”, reconoció el Muñeco, evidenciando que el plan se desarmó por completo.

Pero el momento más tenso fue cuando un periodista le preguntó por el rendimiento del equipo en el segundo tiempo. La respuesta de Gallardo fue corta y picante, con un gesto de fastidio que le llegó a la cara: “Ya hice el análisis… cambiá la pregunta”. Y para rematar, agregó con un tono tajante: “No lo perdimos… contento de haber pasado… voy a disfrutar la noche”, antes de levantarse y dar por terminada la conferencia. Un gesto que para muchos reflejó el malestar del entrenador, quien sabe que River debe ser protagonista y no vivir de los milagros de Armani.

La hinchada, entre el alivio y el reclamo

La gente en las tribunas vivió una montaña rusa de emociones. La alegría de la clasificación se mezcló con la bronca de ver a su equipo sufrir tanto. La frase de Gallardo “voy a disfrutar la noche” resonó en las redes sociales, donde el termómetro de la pasión se puso al rojo vivo. Mensajes como “Gracias Armani, pero esto no puede ser regularidad” o “Jugamos para atrás igual” eran la constante.

La hinchada de River no se conforma con ganar. Exige que el equipo juegue bien, que muestre la filosofía de ataque que Gallardo mismo ha sabulado. Por eso, el alivio por el pase fue un poco agrio. Con Palmeiras en la mira para los cuartos, la gente ya mira a futuro y pide un River distinto, uno que se pare de igual a igual con los candidatos a levantar la copa, no uno que viva al filo de la cornisa.

En el fútbol, a veces la victoria se parece a una derrota. Y anoche, en el Monumental, la moneda cayó del lado de River, pero la lección es que no siempre la suerte es suficiente. El equipo debe aprender de los errores para que en la próxima instancia el paso sea con el juego como aliado, y no solo con Armani como salvador.

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