Rivales mundiales de Argentina: Jordania, el silencioso que hace ruido

Hasta junio de 2025 en que logró el mayor triunfo de su vida futbolera, Jordania casi ni asomaba en Asia, ni siquiera en su zona, el Medio Oriente, mucho menos ante los gigantes del continente. Aunque venía amagando en las Copas de Naciones, era todavía un país casi inexistente, en silencio. Pero se fue superando y de golpe hizo tanto ruido que tras una gran ruta previa arribó a su primer Mundial, el de 2026, donde nada menos que el tricampeón Argentina lo espera en el cierre.

La nación ubicada en el corazón de la región árabe se formó tras la Primera Guerra Mundial y la división de la zona entre Francia y el Reino Unido, pero recién obtuvo su libertad de ésta en 1946. Por eso en 1953 la selección comenzó a rodar en los Juegos Panarábigos, que igual que la Copa Árabe fue el marco para su desarrollo. Tanto que por décadas brilló por su ausencia y recién en los años 80 sacó la cabeza del agua: compitió por primera vez en una eliminatoria mundialista, la de México 86, y en 1988 llegó cuarto en la Copa Árabe en su país. Pero ni asomaba como competidor en la Copa de Naciones de Asia ni para la gran cita de la FIFA. Hasta fines del siglo XX, sus únicos resultados realmente importantes fueron dos Juegos Panarábigos en 1997 y 1999.

Como varios de sus colegas de esos lugares, Jordania comenzó a buscar entrenadores de prestigio que lo ayudaran a crecer. Uno de los primeros fue el egipcio Mahmoud El Gohary, que asumió en 2002 y no sólo lo puso por fin en la Copa de Naciones, en 2004, sino que el equipo alcanzó los cuartos de final asustando a Japón, que apenas lo derrotó por tiros desde el punto penal. Lo mismo para Qatar 2011, donde no pasó esa instancia ante Uzbekistán. En el medio, el combinado Sub 20 logró el pase a la Copa del Mundo de Canadá, donde se le animó al Uruguay de Suárez y Cavani que lo venció por un estrecho 1-0 con gol del segundo. Y la buena racha fue continuada por otro egipcio, el gran Hossam Hassan, que en 2013 lo colocó en la puerta de su primera cita mundial cuando disputó aquel repechaje ante la celeste, y aunque fue devuelto a la realidad con un 0-5 en su capital Amman, firmó la mejor campaña de su historia, redondeada con un empate a cero en Montevideo.

Nuevamente la selección roja cayó en un bajón, como que fue marginada por un tal Vietnam en los cuartos de la asiática 2019, hasta que en 2023 sorprendió al mando de otro extranjero, el marroquí Hussein Ammouta, haciendo un camino inesperado al punto de eliminar a su acostumbrado verdugo Irak con goles en tiempo agregado y a Corea del Sur, nada menos, en semifinales que lo condujeron a enfrentar al encumbrado qatarí, campeón vigente y anfitrión del Mundial, que finalmente lo batió por 3 a 1. Algo importante estaba gestándose y así lo demostró el once jordano en la ruta a la próxima Copa de 48 países: ahora dirigido por otro marroquí, Jamal Sellami, le ganó la segunda ronda grupal a Arabia Saudita y en la decisiva, su punto en Corea del Sur y sus éxitos sobre Kuwait, Palestina y Omán lo enviaron a que el 5 de junio conquistara su sueño al golear 3-0 a los omaníes de visitante, consiguiendo el segundo lugar por un punto sobre Irak.

De todas formas, no parece un equipo tan fuerte ni lleno de talentos. Por lo visto en las eliminatorias, sus delanteros Moussa Al Taamari (Rennes, Francia) y Yazan Al Naimat (Al Arabi, Qatar) son los destacados en una selección que en 2026 buscará salir de ese silencio histórico y hacer el ruido de estos últimos tiempos.

Diego Martín Yamus.

Diegoperiodista93@gmail.com.