El clásico del fútbol boliviano dejó más que un resultado. Bolívar, el líder del Torneo Clausura, venció 2-0 a Oriente Petrolero, que marcha séptimo, pero lo que verdaderamente está dando la vuelta al mundo no fue el marcador, sino un gesto de juego limpio que sorprendió a todos.
El incidente ocurrió apenas a los 8 minutos del partido, cuando el defensor brasileño Anderson, de Bolívar, cayó solo cerca de la línea lateral víctima de una lesión. Mientras la defensa del equipo Celeste estaba distraída, un jugador de Oriente Petrolero sacó rápido el lateral, aprovechando la situación. En medio de la confusión, un atacante rival avanzó y fue derribado en el área, lo que provocó que el árbitro sancionara un penal.
Lo que parecía ser el inicio de una controversia se transformó en un ejemplo de deportividad. Después de discusiones, empujones e insultos entre los jugadores, la calma prevaleció. Y en un gesto inesperado, Gilbert Álvarez, el encargado de ejecutar el penal para Oriente Petrolero, optó por darle un suave pase al arquero de Bolívar, renunciando a una oportunidad clara de marcar.
Este acto de fair play rápidamente se volvió viral en redes sociales, siendo elogiado como un ejemplo de respeto y honestidad dentro del fútbol, un deporte que muchas veces es conocido más por sus polémicas que por su nobleza.