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Nacional hace unos años lanzó una campaña llamada «Cultura Nacional», donde querían demostrar que eran diferentes al resto y la verdad que tuvo mucho éxito porque se han destacado por protagonizar los hechos más aberrantes de la historia del fútbol de Uruguay.
Desde burlarse del asesinato del hincha de Peñarol, Hernán Fiorito de 20 años, colgando ataúdes en la tribuna Colombes del Estadio Centenario, hasta reírse haciendo el avioncito en la Arena Condá, cancha de Chapecoense, riéndose de la muerte de los integrantes del equipo catarinense en Medellín, en noviembre de 2016.
Ese club que hizo una campaña cuyo mensaje subliminal era «suicidate por los colores», donde tomaron a Abdón Porte -que se suicidó luego de que no lo dejaran jugar un partido- como estandarte, sigue sumando más y más manchas a sus recién cumplidos 121 años de existencia.
Javier Moreira, relator del programa partidario «Pasión Tricolor», será imputado por «incitación al odio, desprecio o violencia», por dichos contra los árbitros en un partido donde Nacional cayó con Defensor Sporting.
La Justicia uruguaya tomó material del narrador subido a las redes sociales donde además de incitar a la violencia, amenazó a los referís del cotejo disputado el sábado 23 de noviembre del año pasado.
De acuerdo a El Observador la audiencia se llevará a cabo el próximo miércoles a las 10 horas de Montevideo.
El Código Penal uruguayo pena a quien incite al odio, desprecio o violencia contra determinadas personas.
Durante el encuentro Moreira alentó a sus oyentes a que agredan a los árbitros de la contienda gritando a todo pulmón frente al micrófono «no van a salir. ¡Los jueces hoy no pueden salir de acá, hoy no salen los árbitros del (la cancha de Defensor) Franzini».
Los periodistas uruguayos de éstos últimos años han perdido el estilo riguroso, serio y preciso de otrora, copiando directamente lo perverso del periodismo argentino.
Al estar del lado de los «grandes», sea Nacional en este caso, o algún medio de corte hegemónico, se sienten con derecho a decir y hacer lo que se les venga la real gana con total impunidad sin que nadie de su entorno sea capaz de ponerles un freno.
Ahora es la Justicia la que dijo basta.
Fuente: El Observador y Redacción
@lostribuneros
