Real Madrid espera en el Bernabéu al Galatasaray

El sueño de la décima Champions sigue latente en filas del Real Madrid, y este miércoles van a intentan mantenerlo intacto frente a Galatasaray. Los merengues enfrentan a los turcos por la ida de los cuartos de final.

Tanto ha cambiado el mundo, tanto el Real Madrid y tanto la Copa de Europa, que la curva mojada habrá que trazarla esta noche, en el partido de ida, en el Santiago Bernabéu. Aquí se localiza el peligro de la eliminatoria contra el Galatasaray, si es que existe alguno. El fuego de Estambul depende de esta madera. Así es ahora. Las goleadas de antes se marcan últimamente fuera de casa, los sustos se entregan a domicilio. Desde hace poco, el miedo escénico es fallar a tu público. Nuevos tiempos, pero idéntico objetivo: agarrar al elefante por las orejas de plata.

Llegados a los cuartos de final, lo anterior no existe, o no debería. La Liga es un pasatiempo (se gane 32 veces o se pierda 49) y la Copa, un ensayo con goles que valen doble. Quienes enloquecen con esos títulos no saben nada o lo olvidaron todo. La grandeza y la tragedia del Real Madrid, lo que le distingue de cualquier otro club, es que sólo encuentra sentido y paz al contacto con el torneo más grande que existe. Esa es la verdad y lo demás es opinable. La Décima es el santo grial. Hacer historia es ganarla. El resto es anecdotario, numeritos para entretener la espera.

A estas horas, cuando se repasa cada detalle con la esperanza de encontrar una pista o una clave, el Galatasaray ya no resulta un adversario tan amable. Su escaso prestigio internacional juega a su favor, porque aminora la motivación del favorito. No hay afrentas contra ese equipo rojigualda, entre capote y bandera. No hay mito. Los del Palacio de Galata (eso significa su nombre) disfrutan de la condición soñada: son grandes (18 Ligas en 56 años) pero no lo parecen. Ante ellos se presenta la oportunidad de dar sentido al lema fundacional del club (1905): «Jugar como los ingleses en un equipo, con nuestros propios colores, para batir a los equipos no turcos». Palabra de Ali Sami Yen.

Metidos en los nombres propios, cada uno da para una novela. Drogba, al que tendemos a señalar como un jugador en retirada, fue el héroe de la pasada Champions, pieza fundamental del triunfo del Chelsea. Sneijder querrá recordar y Altintop querrá demostrar. Burak, del que tanto se habla, es un ariete que todo lo barre y con cualquier extremidad permitida. Su remate de cabeza es una amenaza que tendrá que anular Varane, el madridista con mejores muelles. Sumen a ellos conocidos trotamundos como Felipe Melo (ex del Mallorca, Racing, Almería, Fiore, Juve…) o Riera (ex del Mallorca, Girondins, Espanyol, City, Liverpool y Olympiacos). No será sencillo. Nunca lo es, y menos aún contra equipos que defienden el honor de una nación que presume de servir así el café: «Negro como la noche, fuerte como el pecado, dulce como el amor, caliente como el infierno».

Al Madrid, a pesar de su superioridad, se le plantean ciertas dudas. Aunque Mou aconseje las contras, será difícil que el corazón de los jugadores dosifique los ataques. El recurso del buen fútbol tampoco debe despreciarse. Ahí es donde surge Özil, en colaboración con Xabi. Lo de Cristiano ya se sabe: si él quiere, la vida es más fácil y el turco menos fiero.

Raro. Por último, un riesgo remoto y retorcido: que Diego López se vea obligado a abandonar el campo y Adán le sustituya con el fantasma de Casillas a su espalda. Dicho está para que no suceda. ¿Lo oyeron ahí arriba?

Fuente: AS.com
Enlace: http://futbol.as.com/futbol/2013/04/03/champions/1364943802_228850.html

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