La primera mascota
El león Willie fue oficialmente la primera mascota de un Mundial en Inglaterra 66. Asimismo, la canción alusiva, otro elemento ya típico de la Copa, llevó su nombre.
El robo de la Copa y la otra mascota
Hubo otra mascota, ésta real, que fue famoso por otro episodio recordado. En marzo del 66, la Copa Jules Rimet fue robada en una exhibición en una iglesia de Westminster. La policía, la famosa Scotland Yard, desplegó un vasto operativo, pero fue un perro, Pickles, que finalmente la encontró enterrada en un jardín. Copa recuperada, ladrón arrestado y condenado a dos años de prisión. Y perro famoso: Pickles estuvo en la inauguración el 11 de julio.
Más tele y plata
Con la llegada de Stanley Rous a la presidencia de la FIFA, se fomentó aún más la participación de la televisión y comenzó la explotación de derechos comerciales, con acuerdos con grandes empresas. Así, la inauguración fue transmitida por primera vez a todo el mundo vía satélite, y se empezaron a colocar paneles con publicidad en los estadios.
Los que no jugaron eliminatorias
Además del masivo retiro de los países africanos, ofendidos por la distribución de plazas, Congo y Filipinas no pudieron participar de la fase previa por errores en su inscripción. Guatemala, que ya había tomado parte antes, se bajó por conflicto con su vecino Belice. Y Sudáfrica, en sus primeros años del régimen del apartheid (segregación racial) fue expulsado de la FIFA.
Camboya, sede de la eliminatoria
Como fue escrito, Camboya albergó un partido de la Copa del mundo, en este caso la llave a ida y vuelta entre Corea del Norte y Australia por un lugar en la fase final. Eran los únicos que quedaron de todos los originalmente anotados en África, Asia y Oceanía. En el estadio Olímpico de la capital Phnom Penh, ante 60.000 personas, los norcoreanos ganaron 6-1 y 3-1 y fueron al Mundial, donde bajarían a Italia y pondrían 3-0 contra las cuerdas al Portugal de Eusebio.
Las ayudas a Inglaterra
Desde la primera ronda, Inglaterra fue favorecido por los arbitrajes. Ante Francia, en el cierre del Grupo 1, los dos goles de Roger Hunt fueron irregulares: el primero en claro offside, y el segundo cuando el partido debió ser cortado por agresión sin pelota de Nobby Stiles a un rival. Luego llegó la expulsión de Rattin en el choque con Argentina, y el no gol de Hurst en la final con Alemania.
Sin cambios por última vez
El Mundial 66 fue el último en que no se permitieron cambios una vez comenzado el partido. Por eso el arquero de Hungría, Szentmihalyi, jugó lesionado con Portugal desde el minuto 1, y su equipo perdió 3-1.
Sin tarjetas por última vez
Tampoco se había reglamentado aún el uso de tarjetas amarilla y roja para la disciplina. Por eso, Antonio Rattin fue echado a dedo por el alemán Rudolf Kreitlein en el famoso partido de cuartos de final con Inglaterra.
Coreano optimista
Sin duda Corea del Norte fue la nota exótica del Mundial. Antes del último encuentro del Grupo 4 ante la poderosa Italia, le preguntaron al técnico Myung Re Hyun si iban a reservar vuelo de retorno a su país tras el mismo, descontando un triunfo seguro de los italianos. La respuesta del Dt fue «¿Reservar vuelo? Si nosotros nos vamos a clasificar…».
Dos soviéticos menos con Alemania
En la semifinal entre Alemania y la URSS, éstos perdieron dos hombres ya en el primer tiempo. Uno fue el medio Sabó, que a los 8 minutos se fue fracturado. Venía de una entrada dura de Emmerich, quiso desquitarse al ir a trabar con Franz Beckenbauer y se rompió el tobillo. Y a los 44, apenas Haller marcó el primer gol germano, el puntero Chislenko, figura de los del este, corrió a su colega Held y le dio un puntapié que le valió su expulsión. Por fractura y por roja, la URSS jugó con nueve 46 minutos y cayó 2-1.
Diego Martín Yamus.
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