Durante la batalla campal en el estadio José María Minella, entre Gimnasia y Estudiantes, el polémico relator «tripero», no anduvo con chiquitas y le cayó con los dos pies a su propio equipo.
Famoso por sus improperios, Alberto Raimundi, tuvo su momento de lucidez, pese a la ira que tenía por lo que ese estaba presenciando en el estadio mundialista de Mar del Plata. Jugadores de su equipo Gimnasia y Esgrima trenzados con los del rival Estudiantes y el relator, no ahorraba palabras.
Raimundi, que no se calla una, en lugar de colocar leña en la hoguera, optó por darle leña a sus jugadores: «Hay que ser guapo adentro de la cancha», comenzó diciendo.
«Es una vergüenza», gritaba, mientras, además, atendía al técnico Pedro Troglio «Le robás al club un palo por mes». A medida que la pelea seguía, el polémico relator se encendía aún más «¡Dedíquense a la lucha bol…!», gritaba, y hacía autocrítica «nos rompieron el c…».
Los uruguayos también entraron en el lío, pero como ejemplo, para pacificar la cuestión «Guapo era Obdulio Varela, que mientras tuvo la camiseta de Uruguay puesta nunca perdió (…) en la puta vida se ca… a trompadas con nadie ¡ese era guapo».
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