Más allá de su derrota en la final por el segundo ascenso a Primera ante Barracas Central el martes, el longevo Quilmes Atlético Club tiene una historia demasiado rica, como la de su título local de 1978, su hinchada, su tradición, sus excelsos jugadores. Pero asimismo porta sobre sus hombros, parece, una especie de maldición que le hace trastabillar justo en el momento de subir a la división mayor. Con la que perdió ante Barracas suma un rosario de frustraciones nada graciosas para el gran club de la cerveza homónima.
Fundado en 1887 como una de las instituciones pioneras del «football», fue uno de los que inició la era profesional argentina en 1931. Enseguida comenzó su subibaja de primera a segunda en 1933, que repetiría en 1937 y 1951 a la vieja Primera B. Volvió a ascender, pero esa alegría se le cruzó una tristeza. Por ejemplo, tras un buen Campeonato Nacional 1969 bajó en 1970, igual en 1980 a dos años de haber sido campeón local por única vez en 1978. Lo mismo aconteció en 1982 cuando había sido segundo de Ferro en el Nacional, o en 1992 luego de haber regresado en 1991 a Primera tras 11 años.
Pero las frustraciones más increíbles fueron las del nuevo milenio. Entre 2000 y 2003 perdió nada menos que ocho chances, seis entre 2000 y 2001. Esos dos años deben haber sido los más malditos por cómo se dieron esas derrotas. En 2000 Huracán le había ganado 1-0 la primera final y el cervecero iba 1-0 en la vuelta, hasta que en el minuto 89 Germán Di Carlo le dio el 1-1 al «Globo» y el ascenso. Días después cayó 0-2 ante Los Andes en la del Reducido, y por último en la recordada promoción con Belgrano de Córdoba, a quien tras su 3-1 de arranque sufrió un 1-3 y el no subir por ser de la categoría inferior al «pirata». En 2001 fue Banfield que lo postergó primero en el cuadrangular decisivo 2-1 y 4-2, luego Nueva Chicago en las semifinales del Reducido (0-1 y 0-0) y otra vez Belgrano en la promoción de forma más dolorosa que un año antes, porque cuando Quilmes había vencido 1-0 la ida el celeste le ganó 1-0 a los 86 minutos por Mugnaini y lo privó por la misma ventaja deportiva de 2000. En 2002 fue Atlético Rafaela que lo superó por diferencia de gol en el minitorneo (0-2 y 2-1) y en 2003 Instituto, que lo goleó 3-0 de visita.
El blanco y azul del Sur bonaerense se repuso y por fin ascendió para 2005, cuando además intervino en la Copa Libertadores. Sólo para en 2007 bajar de nuevo. Arriba en 2010 y abajo enseguida en 2011, y habiendo regresado volvió a caer para 2017,de donde tuvo la gran ocasión este martes que no pudo al fallar por penales. Porque, créase o no, la maldición del descenso lo sigue empujando para abajo y no para sus gloriosos días arriba.
Diego Martín Yamus.
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