El fútbol argentino sigue dando la nota cada día que amanece. La prensa y la gente se la pasó a fines de 2021 y todo este 2022 conjeturando qué sucedería con Boca, su futuro Deportivo, ni hablar sus siempre discutidos técnicos, ganen o pierdan. El fútbol argentino, esa caja de sorpresas inagotable, nos las dio una vez más. Boca no sólo ganó los dos torneos del año, sino que más increíble, lo hizo con entrenadores interinos devenidos oficiales.
Primero le tocó a Sebastián Battaglia, al que tantos querían echar (y echaron como tanto querían) llevar al club de la Ribera al triunfo en la Copa de la Liga en julio, con aquel rotundo 3-0 final sobre Tigre. Despedido el ex medio ganatodo por otras cuestiones que no eran resultados, Hugo Ibarra (indudable gloria pero otro interino) fue puesto con el dedo por el inepto Consejo de Fútbol comandado por Juan Riquelme. El xeneize iba sin ton ni son por la vida del campeonato, Ibarra estaba en el ojo de la tormenta igual que su antecesor, y de pronto una seguidilla de triunfos, empezando por el superclásico con River, lo catapultó a la pelea por un título antes lejano, que luchó hasta quedárselo este domingo por un punto sobre Racing.
Sólo el peso de las figuras y cierta mística pueden lograr que este Boca desteñido consiguiera lo que consiguió con dos DT de emergencia, los mismos de quienes se descreía en su momento. Otra muestra de que el fútbol nacional te da sorpresas cada amanecer.
Ah, importante pregunta: ¡alguien sabe qué será del futuro del club ahora? Paradójicamente, la misma pregunta que hace un año. Porque quién sabe si Ibarra sigue o si viene otro técnico. Y si ese otro también es interino. Sí, a pesar de ganar los dos campeonatos oficiales del año.
Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar