Todo un país vibraba al ritmo de los goles de Nahuel Molina y de «Leo» Messi. La Albiceleste la tenía. 2-0 se imponían sobre Países Bajos. Pintaba para victoria clara y contundente frente a una Naranja Mecánica que está muy lejos de ser esa máquina de los ’70 pero que no deja de ser Países Bajos.
Tranquila venía la mano. La euforia de los argentinos apostados en las tribunas y a lo largo del país era descomunal. La banda de Scaloni llamada «La Scaloneta» iba camino a una clara y contundente victoria pero la «Oranje» a falta de siete minutos vino el descuento de Wout Weghorst para abrir el partido.
Argentina en vez de serenarse para sacar ventaja del resultado dejó crecer a los europeos que con todo se fueron a ahogar. Fue tanta la presión que el equipo neerlandés en el minuto 11 de descuento tras una jugada elaborada logró «madrugar» a una defensa dormida y así puso un inesperado 2-2.
El sufrimiento era terrible. El estado físico de la Naranja era mejor que el argentino pero el equipo de Scaloni tiró mañas, experiencia, supo esconder la pelota por ratos, supo bombardear sobre el final hasta embocando pelotas en el palo y por fin vinieron los penales.
Tremendo fue el «Dibu» Martínez que paró dos tiros penales. Camino abierto para que sus compañeros hagan el trabajo: Argentina 4-3 Países Bajos.