Peñarol logró la clasificación a octavos de final de la Copa Sudamericana, luego de vencer por 1-0 al Deportivo Cali en pleno Pascual Guerrero. Los uruguayos estaban con un pie y tres cuartos eliminados pero apelaron a la mística y clasificaron.
El viejo Peñarol de Montevideo está próximo a cumplir 123 años y decidió “regalarse” un triunfo en tierras cafeteras por Copa Sudamericana y una clasificación. Los carboneros habían empatado en el mítico Centenario con los “azucareros” 2-2, por lo que tenían la obligación de vencer si o si en Colombia.
Los “manyas” con varios veteranos en la cancha le jugaron inteligentemente y con mucho oficio a un joven equipo colombiano, que daba por sentado que lograría la clasificación en su feudo; Fossati, técnico de los uruguayos, supo plantear el partido y no les dejó jugar a los habilidosos atacantes azucareros.
Trascurrían 11’ de juego cuando el legendario Tony Pacheco se la sirvió a un implacable Marcelo Zalayeta, hombre que no perdonó y puso el 1-0.
La victoria parcial le dio permiso a Peñarol para generar otra clara jugada de gol, sólo que el arquero Hurtado lo impidió, y de rebote Jonathan Rodríguez lo mandó desviado.
Peñarol generó otra chance pero el balón fue desviado al córner. Los colombianos la pasaban mal y casi no incomodaban a un Migliore que estaba muy concentrado.
En el segundo tiempo los cafeteros pusieron toda la carne en el asador, fueron al frente, buscaron espacios e hicieron retroceder a los carboneros. En el primer tiempo nomás, el técnico Cárdenas quitó Mosquera y puso a un Lizarazo que levantó a su equipo.
Poco a poco los colombianos fueron dominando a un Peñarol que tuvo a un “Hormiga” Valdez como abanderado del fondo y a un Pablo Migliore que se agigantó con notables atajadas.
Cali metió una pelota que fue desviada por el aquero argentino y que luego se estrelló en la transversal, mientras que Peñarol trataba de salir de contra pero no encontraba las ventajas del primer tiempo.
Los nervios le jugaban en contra a los colombianos, mientras que Peñarol se mantenía impávido en su campo. Sergio Orteman le puso oxígeno al mediocampo, ya que ingresó en lugar de Pacheco, mientras que Zalayeta fue sustituido por Silva. Esos cambios de corte táctico benefició a un equipo aurinegro que no tenía la misma profundidad pero si la astucia.
El tiempo pasaba y el gran Migliore se destacaba. La brega era muy entrecortada, Peñarol supo parar el partido en momentos claves, e incluso ligó 7 tarjetas amarillas, incluyendo al suplente Estoyanoff y una roja para Marcel Novick, hombre que no ingresó al campo sino que se fue desde el banco.
Si alguien daba por muerto al viejo Peñarol, es evidente que conoce poco de la historia de este equipo, quien está acostumbrado a ponerle el pecho a las balas.
El rival del mirasol será Estudiantes de La Plata.
@lostribuneros