Pratto, el gol hecho de sangre y corazón

-Hablé con Lucas y le dije que no se olvide de dónde viene y todo lo que luchó. Si jugaba en canchas con más tierra y vidrio que pasto…

La frase de Daniela Sivetti, en la previa del partido clave con Colombia por las eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, sirve para entender por qué su hijo Lucas Pratto tiene ese estilo de goleador sacrificado que tanto le gusta al técnico de la selección argentina Edgardo Bauza.

Tanto como darle la oportunidad de ser titular en la Albiceleste recién a los 28 años y con una buena parte de su carrera hecha, siempre lejos de los grandes clubes europeos. Y eso aunque su decisión implique dejar en el banco a artilleros consagrados como Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero, dos de los cinco máximos anotadores históricos de Argentina.

«No es Messi. Messi hay uno solo. Pero él va a poner sangre y corazón para defender la camiseta argentina. Hizo mucho sacrificio para estar ahí», agregó al Canal Todo Noticias la mamá, Daniela, quien no podía imaginar la ovación que se llevaría Lucas en San Juan al ser reemplazado por el propio Higuaín en el segundo tiempo, luego de anotar el segundo gol en la muy necesitada victoria por 3-0 sobre los cafeteros.

Es cierto que Pratto, un 9 referente de área a quien Bauza tenía en carpeta para el Sao Paulo antes de dirigir a la selección, formó parte de la primera lista del seleccionador en el mes de agosto. Es más, fue  titular en los dos duelos clasificatorios de septiembre, ante Uruguay en su debut y luego en Venezuela, donde además se estrenó en la red.

Pero aquella vez faltaban en el plantel Higuaín, de ausencia consensuada con Bauza, y Agüero, lesionado. Además, Argentina marchaba tercero en la tabla. Ahora, en cambio, estaba afuera de todo y debía ganar para terminar el año entre los cinco primeros.

En este contexto, Pratto fue titular con Colombia y respondió con un gol de cabeza tras centro de Lionel Messi. El mismo Messi al que miraba sorprendido en su primera convocatoria y tras el debut con Uruguay. «Veo fotos del partido y no me entra en la cabeza que pude jugar, pero creo que la oportunidad llegó en un buen momento de mi carrera. No quiero desaprovecharla», dijo ese día.

De los botines truchos a la fama

Y es que Lucas sabe lo que cuesta llegar hasta aquí. Si tenía apenas un año cuando su padre dejó la casa en Los Hornos, un barrio de La Plata, y Daniela debió hacerse cargo sola de él y de Leandro, su hermano tres años mayor, limpiando casas para alimentarlos.

Fue gracias a Leandro que empezó a jugar al fútbol, primero en un club cerca de casa porque no había plata para probarse en Estudiantes o Gimnasia, y luego en Defensores de Cambaceres de Ensenada, un equipo del ascenso. Lucas era un volante con gol de físico imponente, si hasta le decían Gordo, Encorvado o Camello en la escuela, pero a él no le importaba.

“En Cambaceres tenía que comprarme los botines y, como no había plata para los de marca, mi mamá me los hacía fabricar en una zapatería donde salían más baratos […] Para combinarlos con los colores de la camiseta los pedía blancos y con la pipa de rojo. Truchos, claro», recordaba a El Gráfico en 2013 este seguidor de La Renga y La Berisso –dos bandas barriales de rock argentino– que hasta se ganó la vida como seguridad en una discoteca.

Pratto terminó de formarse en Boca Juniors, a donde llegó por Martín Palermo. Allí se convirtió en delantero, aunque debutó en Primera jugando para Tigre. De ahí saltó al Lyn de Noruega antes de regresar, pero a Unión de Santa Fe, escala previa a su gran paso por Universidad Católica de Chile.

Tras una infructuosa etapa en el Genoa italiano, Pratto descolló en Vélez Sársfield: hizo 43 goles en 128 partidos y ganó tres títulos. «Trato de no pensar en la selección», explicaba a La Nación en ese entonces, apenas dos años atrás. «Mi problema es que tenemos la mejor delantera del mundo. Messi, Agüero, Icardi, Tévez, Higuaín… Es muy difícil».

Más maduro que nunca, Oso aceptó en 2015 el desafío de jugar en el Atlético Mineiro de Brasil, donde mantiene su cuota goleadora. Incluso se rumoreó una convocatoria para la selección brasileña durante el ciclo de Dunga, pero quedó en la nada. Luego apreció el llamado de Bauza y el resto es historia reciente.

«Mi sueño es seguir jugando en la selección argentina», afirmó antes del duelo con Colombia. Pratto parece haber dado los pasos correctos para hacerlo realidad.

Fuente: FIFA.com

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

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