Graham Potter, el entrenador del Chelsea bajo fuego, teme que tener demasiados jugadores en el equipo arruine sus sesiones de entrenamiento después de que el club gastó 553 millones de libras esterlinas en nuevos jugadores.
Chelsea tiene actualmente un equipo de primer equipo de 31 jugadores después de una ventana de transferencia extraordinaria en enero, donde los propietarios gastaron 323 millones de libras esterlinas en ocho nuevos jugadores. Potter se ha visto obligado a adaptar las sesiones de entrenamiento para mantener a todos los jugadores involucrados, con jugadores esperando o trabajando en pequeños grupos hasta que se les requiera.
Los números inflados están afectando el trabajo en el campo de entrenamiento, y a Potter le resulta difícil mantener la moral del equipo. Después de perder ante Tottenham, el entrenador está bajo una presión cada vez mayor, y los miembros del club sienten un cambio de humor hacia él. Potter, quien desarrolló una reputación de ser un entrenador práctico que trabajó rigurosamente en los patrones de juego y la forma del equipo, está encontrando un desafío para acomodar a tantos jugadores.
En lugar de su método preferido de partidos de entrenamiento de 11 contra 11, el director técnico se ha visto obligado a dejar que varios jugadores jugaran con sus pulgares o trabajaran en un grupo más pequeño en otro lugar hasta que fueran necesarios, lo que resultó en una falta de continuidad durante las sesiones de entrenamiento, independientemente del juegos.