El Apache era llamado el ‘jugador del pueblo’ dos décadas atrás. Surgido de un barrio peligroso de la provincia de Buenos Aires, Carlos Tévez saltó a la primera de Boca Juniors siendo un juvenil. Su rebeldía en el campo de juego y su manera de ser hacían que además de sus seguidores, otros hinchas se identifiquen con él.
El pasaje suyo por el fútbol brasileño por una cifra récord, luego su exitoso andar por los monstruos Manchester United, Manchester City y Juventus, donde supo dejar una huella imborrable, lo puso en lo más alto del mundo. Sus vínculos con la política, especialmente con el macrismo, considerada derecha conservadora y elitista, hicieron que éste deje de ser “El Carlitos de la Gente” para ser “Mister Tévez”.
Estando en su mayor esplendor prefirió volver a Boca Juniors. Lleno de bríos hizo delirar a la falange bostera, incluso, hasta juró que con esa camiseta se retiraría, pero, una oferta millonaria del fútbol chino tiró por tierra su palabra, pasando de ser héroe a villano en un santiamén.
Internacional con la camiseta argentina en múltiples ocasiones, jugando mundiales, Copa América, y todo, se olvidó de sus raíces para declarar días atrás, luego de su salida como entrenador de Rosario Central donde no le fue nada bien en su primera experiencia en este cargo, esgrimió que “lo seguí poco al Mundial, miré a Francia”, en radio Mitre.
“Seguí a Francia, porque me gustaba, pero lo seguí poco. Me pasa eso. Me gusta ver los equipos que me gustan ver, los que me llaman la atención”, expresó. Ponderó la “táctica” del equipo de Didier Deschamps, que mira el fútbol “con otros ojos ahora”. Luego confesó que no saludó aún a su ex compañero de selección Lionel Messi, alegando que “debe tener el teléfono explotado”.
No aseguró si lo saludará o no al indicar que “seguramente lo veré dentro de poco para darle un abrazo”, pero al menos indicó que le “pone feliz” por ser “una leyenda”.
En ningún momento de la nota expresó felicidad propia sino que remarcó que “ver feliz a mis hijos y a mi país es único”.
Cuando le tocó hablar de su ex club, Boca Juniors, dijo que “No extraño nada, ni el fútbol”, que como jugador lo “agotó”. Físicamente, a sus 38 años, se encuentra en excelente estado, contó, que corre durante las mañanas, va al gimnasia, juega el fútbol, pádel y golf.
“Estoy sano. Si quiera volver, podría volver, pero no lo extraño”, contó.
Respecto a su vida personal indicó que disfruta de su familia, ya que el verano en su país natal le gusta mucho, además de gozar del cariño que la gente le expresa: “La paso muy bien”, esbozó.
En Rosario Central dirigió 24 partidos, ganando seis, empatando 10 y cayendo en ocho ocasiones. Números irregulares para una institución que aspira a volver a jugar torneos internacionales.
Involucrado en negociados con el estado que lo dejaron mal parado, más su negación a pagar el aporte solidario a las grandes riquezas, hecho que se produce en las grandes potencias, dio pie para que sus detractores le caigan con los tapones de punta.
Incluso, gente que nada que ver con política tiene, calificó como decepcionantes sus expresiones.
Por ejemplo el usuario @Diazhernanok en Twitter “ponés envidioso en Google y te salta Carlos Tévez”, mientras que @martinapikante posteó: “Qué pena que a Carlitos Tévez el jugador del pueblo, el Pro lo haya “hambuerguesado” (en recuerdo a su error cuando quiso decir aburguesado) tanto, ahora está “very dificult” porque le llueven las críticas, le están tirando con de todo”, posteó.
También salieron algunos de sus fans que de manera frenética calificaron como periodistas “gallinas”, en alusión a los hinchas del rival River Plate, que se encargaron, según ellos, de sacar de contexto sus expresiones, un poco ayudado, por los famosos trolls vinculados al ex presidente Mauricio Macri, como @hippiesconosde, @macrista_ok o @Cane_gla que salieron con su característico odio a insultar y calificar de kirnchenirsta a quien no está de acuerdo con las expresiones Tévez.
Pero, la palabra más empleada en gran porcentaje de los miles de comentarios en diversas redes, es “envidia”.