El clásico del fútbol uruguayo entre Nacional y Peñarol, disputado el pasado lunes 20 de enero de 2025 en el Estadio Centenario, culminó con una victoria de Nacional por 3-1. Sin embargo, el resultado quedó opacado por un incidente en los minutos finales que generó amplia controversia en el ámbito deportivo nacional.
El Incidente
Tras el tercer gol de Nacional, anotado en tiempo de descuento, el juvenil de 16 años Agustín Dos Santos celebró efusivamente frente a la hinchada de Peñarol, realizando gestos que fueron interpretados como una provocación. Esta acción desencadenó la reacción del defensor aurinegro Javier Méndez, quien agredió físicamente al joven delantero, sujetándolo por el cuello y empujándolo al suelo. El altercado provocó un breve tumulto entre jugadores de ambos equipos, que rápidamente fue controlado.
Disculpas de Agustín Dos Santos
Posteriormente, Agustín Dos Santos utilizó sus redes sociales para ofrecer disculpas públicas a Peñarol y a su afición. En su mensaje, expresó: «Es mi deseo ofrecer mis sinceras disculpas para todos por un comportamiento que no debí adoptar». Además, reconoció que la emoción del momento lo llevó a exteriorizar sus sentimientos de manera inapropiada, aclarando que no fue su intención agraviar ni generar violencia.
Declaraciones de Javier Méndez
Por su parte, Javier Méndez justificó su reacción al considerar que los gestos del juvenil fueron una falta de respeto hacia la hinchada de Peñarol. En declaraciones a la prensa, reveló que el capitán de Nacional, Diego Polenta, lo contactó tras el partido y le manifestó: «Yo en tu situación hubiese hecho lo mismo». Méndez añadió que no había visto las disculpas de Dos Santos en redes sociales.
Repercusiones
El incidente ha polarizado opiniones en el entorno futbolístico uruguayo. Algunos defienden la reacción de Méndez como una respuesta natural ante una provocación, mientras que otros condenan cualquier forma de violencia en el deporte, independientemente del contexto. Este episodio ha reavivado el debate sobre la conducta de los jugadores en el campo y la importancia de mantener la compostura, especialmente en partidos de alta rivalidad como el clásico uruguayo.