El uruguayo Álvaro Pereyra recibió un rodillazo en la cabeza, perdió el conocimiento y se temía que algo grave le sucediera, como pasó con Martins Indi de Holanda (ya fuera de peligro), pero no, el charrúa se incorporó y cuando el médico pidió el cambio, éste se enojó como nunca, llamó al línea y le avisó que entraba nuevamente. (FOTO: Reuters)
La actitud de Pereyra levantó aún más la autoestima de su equipo, generando opiniones positivas aquí en Brasil.
Salimos a buscar opiniones de la gente, tanto en la calle como en redes sociales, y la gran mayoría coincide en que fue acertada la actitud del lateral izquierdo charrúa.
En Curitiba, Luiz Pedro, 29 años «Luego de esto me dieron ganas de hinchar por Uruguay»; Daniela María, 42 años, de Colombo, Paraná, «Estos mercenarios que tenemos en la selección brasileña deberán tomar el ejemplo de lo que es el amor a la camiseta».
Luego, en las redes sociales, las opiniones son similares, y quienes están presionando para que lo retengan, son los de San Pablo, ya que Pereyra está a préstamo allí.
@lostribuneros