El carismático presidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, hombre que no tiene pelos en la lengua y que no tuvo ningún problema en llamar a los máximos dirigentes de la FIFA «hijos de p…», tampoco tuvo inconvenientes en manifestarse a favor del equipo de Sabella, en la final por el Mundial de Brasil.
Mujica tiró por tierra los conflictos comerciales que el gobierno argentino le viene realizando a su nación, y separó la cuestión política, dando su apoyo al equipo del vecino país «No puedo dejar de confesar que, como hincha, le deseo la mejor suerte a los argentinos» dijo.
@lostribuneros