Montevideo, Uruguay. El Torneo Clausura uruguayo se ha convertido oficialmente en la pasarela de la mediocridad, con un solo equipo que parece recordar cómo se gana. Peñarol no solo ganó (un decente 3-1 a Cerro Largo), sino que se disparó en la cima (22 puntos) porque sus perseguidores están haciendo un esfuerzo admirable por autosabotearse.
El «clásico» de la jornada fue la incompetencia ajena. Boston River (18 pts.), el supuesto escolta, decidió que era mejor perder contra Liverpool. Un gesto de generosidad incomprensible.
Mientras tanto, Nacional, en una exhibición de fútbol tan emocionante como ver secar pintura, empató 0-0 contra Juventud de Las Piedras. El Bolso demuestra que su estrategia es esperar que Peñarol se aburra de ganar, pues por mérito propio no van a recortar distancias.
Y para rematar la faena, Montevideo City Torque, que tenía una valiosa oportunidad de meterse en la pelea, optó por caer 2-0 contra Danubio. Una derrota que solo sirve para confirmar que en Uruguay, subir puestos es más un tema de resistencia que de calidad futbolística.
En resumen, El Manya sigue al frente. ¿Mérito suyo? Sí. ¿Demérito de los demás? Absolutamente. La competencia sigue «abierta» solo en el sentido de que los rivales aún no han asegurado matemáticamente su autoeliminación. Que siga el show de la tibieza.