Peñarol le ganó a Nacional el clásico más viejo del mundo. Los carboneros se despacharon con un categórico 3-0 en un estadio Centenario repleto y lleno de colorido. La victoria aurinegra le facilitó las cosas a un Defensor que acaricia el título del Clausura (Foto: Facebook)
Fue un verdadero baile el que un «desconocido» Peñarol le dio a Nacional en un estadio Centenario vestido de fiesta. Decimos «desconocido» porque el mirasol venía de perder varios partidos y, por sobre todo, perder el estilo de juego.
El equipo amarillo y negro a bastones entró concentrando y lleno de bríos al campo de juego, por eso, el emblemático Tony Pacheco puso el primer gol a los 4′ de juego, dejando fríos a los tricolores.
Nacional, tras el tempranero gol mirasol, se enfureció pero perdió el control de sí mismo, y fue de manera desordenada y a los ponchazos a buscar el empate. El equipo de Da Silva se paró bien en la cancha; nunca se desordenó ni se dejó «madrugar» por el adversario.
El desgaste emocional lo tenía Nacional, la serenidad era manya; Marcelo Danubio Zalayeta sacó un latigazo desde el borde del área y pasadito el primer cuarto de hora ya ganaban por 2-0.
Si con el 0-1 en contra Nacional estaba desarmado, con el 0-2 en contra, estaba destrozado.
Pelotazos y tiros al arco era lo que Nacional hacía, pretendía llevarse al adversario por delante, solo que lo hizo con un desorden brutal. De contra, Peñarol estuvo a punto de aumentar cifras.
Diego Alonso se lesionó y tuvo que abandonar prematuramente el campo, siendo reemplazado por el veterano «Loco» Abreu, quien pasó inadvertido en el juego.
Los bolsos buscaban marcar un estratégico gol antes que termine el primer tiempo, ya que en fútbol los 2-0 en la primera parte, a veces, son mentirosos y reversibles.
Peñarol, sereno, en su cancha esperó sin desesperar y dejó correr el reloj, logrando así su objetivo: 2-0.
En el complemento la cosa fue similar al que al principio; Nacional dueño de la pelota y Peñarol esperando tranquilo en su zona defensiva.
Los nervios y el reloj conspiraban contra Nacional, el tiempo pasaba y el descuento no llegaba y la impotencia comenzó a hacerse protagonista. A los 23′ del complemento el defensor Juan Díaz vio la roja y los bolsos quedaron 2-0 abajo y con uno menos.
Pese a estar con 10, Nacional fue en busca del gol, parecía un león herido, jugaba mal pero a base de garra quería llegar al descuento. El argentino Enrique Bologna no decepcionaba a su afición pero en cada contra Bava, cuidapalos tricolor evitaba la goleada.
Recoba y Gonzalo Bueno ingresaron antes de los 20 minutos del complemento, pero poco pudieron hacer.
Los mirsoles le tomaron el gustito a Nacional y comenzaron adelantarse en la cancha, tomaron la sartén por el mango y a los 28′ el argentino Israel Damonte vio la roja, tras agredir a un adversario. Nacional jugaba con 9.
Ya la superioridad numérica peñarolense se hizo sentir, 11 contra 9, y el «tomala vos, dámela a mí» era lo que exaltaba a su público. El tercero no llegaba porque cada atacante mirasol quería hacer «su» gol.
Finalmente, el tercer gol llegó nomás, luego que el defensor tricolor Núñez desvíe el balón con una mano; penal y gol convertido por Aguirregaray: 3-0.
Peñarol se floreaba, lógicamente, tenía 2 de más y estaba 3 arriba; Núñez, el autor del penal, agredió a un jugador rival y también se fue expulsado. Nacional terminó con 8.
La goleada de Peñarol le dio, al menos, dos semanas más de vida a un desahuciado Jorge Da Silva. La posibilidad de alcanzar al puntero Defensor es casi nula y solo River Plate podría darle la captura.
Nacional se alejó de toda posibilidad y deberá luchar solamente por la Libertadores.
@lostribuneros