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Parece que el viejo Peñarol volvió a la fuente. Luego de muchos años, de gastar mucho dinero, ahora, con entrenador del riñón como es Diego Forlán, apelaron al semillero dejando muy buen sabor.
Este domingo el equipo ferroviario se presentó en su recito el «Campeón del Siglo» por la jornada 5 del Apertura uruguayo. El rival era un hueso difícil de roer porque se trata del Boston River, dato de experimentados valores y con el extra de tener un entrenador muy especial; el «Loco» Abreu, veterano ya, dirige al equipo pero además juega. En este caso se puso de suplente.
Los mirasoles ganaron bien por 2-0, resultado que por ahí pudo ser por un gol más, ya que méritos hicieron. Pero, sinceramente, vimos el juego porque nos deslumbró el pibe Pellistri, de 18 años, cuando jugó contra Nacional, sin embargo, vimos a un equipo con idea de algo, con muchas nociones y una clara intención de salir a buscar el partido.
Así fue con Nacional, en el clásico, los manyas presionaron todo el juego y debieron conformarse con un empate con sabor a victoria porque lo hicieron con un jugador menos en la cancha.
Ahora, vimos algo que les funcionó en 1982 y que los llevó a campeones del mundo, también en 1987 donde ganaron la Liberadores; el mix entre experimentados, veteranos y juveniles.
El «Boñato chico» Diego Forlán apeló, no sólo al pibe (botija le llaman en Uruguay) Pellistri, sino que mandó al campo a canteranos como Núñez y Torres, éste último en este debut anotó el lapidario 2-0 y le sacaron el tercero.
Peñarol se prepara para el retorno de la Copa Libertadores y Forlán va logrando plasmar lo que quiere ¿llegarán a comprenderlo a tiempo?, de no ser así, y si la directiva se las ingenia para retener a estos chiquilines, al menos dos temporadas más, podremos verlos bregando por la ansiada sexta Copa Libertadores, ahora, si siguen vendiendo por dos mangos con veinte, seguirán al horno.
@lostribuneros
