El sorteo de las Eliminatorias para el Mundial de 2026 ha dejado un cruce que va más allá del fútbol: Albania y Serbia, dos naciones marcadas por una enemistad política y conflictos históricos, compartirán grupo. La UEFA enfrenta ahora un desafío que podría poner a prueba su capacidad organizativa y de seguridad.
Un historial de conflicto
Este enfrentamiento deportivo está cargado de simbolismo. Hace apenas 26 años, la región de Kosovo fue escenario de un sangriento conflicto entre fuerzas rebeldes albanesas y el ejército de la República Federal de Yugoslavia, entonces conformada por Serbia y Montenegro. La intervención de la OTAN, con el apoyo de Albania, cambió el control de la región, pero a un costo altísimo: cerca de 13.000 muertos y más de 200.000 desplazados, en su mayoría serbios, gitanos y otras minorías no albanesas.
Sin embargo, las tensiones entre ambos pueblos no son nuevas. Desde 1877, cuando el Principado de Serbia anexó territorios poblados por albaneses, hasta la década de 1990, los conflictos étnicos y políticos han sido recurrentes. Incluso el periodo de relativa estabilidad bajo el Mariscal Tito (1945-1980) se desmoronó tras su muerte, con el ascenso al poder de Slobodan Milosevic y una creciente escalada de tensiones.
Un antecedente preocupante
Los encuentros futbolísticos entre estas selecciones ya han generado polémica y violencia en el pasado. En las Eliminatorias para la Euro 2016, un partido en Belgrado tuvo que suspenderse tras graves incidentes, incluida la aparición de un dron con una bandera de la «Gran Albania», lo que desató una batalla campal en el campo y las gradas.
¿Qué hará la UEFA?
Con este complicado panorama, la UEFA tendrá que extremar las medidas de seguridad para evitar que el fútbol sea una excusa para revivir conflictos políticos. Se espera un despliegue extraordinario de seguridad, protocolos estrictos y posibles restricciones en los estadios, incluyendo la limitación de público visitante.
El deporte como puente o como barrera
Aunque el fútbol tiene el poder de unir, este enfrentamiento evidencia que aún hay heridas abiertas en la región balcánica. Más que nunca, será responsabilidad de las autoridades deportivas garantizar que este duelo sea recordado por lo que ocurra en el césped y no por lo que suceda fuera de él.
El Grupo K
Tanto albaneses como serbios compartirán la zona ante Inglaterra, Letonia y Andorra en encuentros de ida y vuelta. Se desconocen las medidas que extremará la UEFA de cara a estos partidos para evitar el cruce de hinchadas.