Llega como la gran adquisición. El peruano Paolo Guerrero se sumó a Racing lleno de luces, flashes y glamour pero ¿alguien pensó que está pisando los 40 años y que su época de esplendor fue hace rato?
39 pirulos cumplidos, justo, el primer día del año. Llega indicando que priorizó a la Academia por sobre todas las ofertas, cuando viene en una profunda decadencia yéndose a la B con un cuadro brasileño llamado Avaí.
Alianza Lima, de su país natal y club que lo llevó al profesionalismo, lo pretendía. Ese conjunto lleva años sin ganar un solo partido a nivel internacional, era el ‘gran’ pretendiente.
Lejos en el tiempo quedaron sus momentos de esplendor en Corinthians, club que supo ganarle la final de la Copa Libertadores 2012 a Boca Juniors, y que le pasó factura al Chelsea por el Mundial de Clubes con un gol suyo, y que se convirtió en el último equipo sudamericano en da la vuelta olímpica.
“En el 2018 tuve la posibilidad de venir pero no se dio y ahora me siento muy afortunado de estar acá”, expresó Paolo. Claro, fue cinco años atrás cuando fue suspendido por un problema de dopaje jugando en el Flamengo, ni le interesaba saber que el sur existía y prefirió sumarse al Inter de Porto Alegre.
Con el caballo con sed. En el ocaso de su carrera promete brillar en Racing de Avellaneda. Este fútbol argentino campeón del mundo, está mirando mucho el glamour de estrellas del ayer, pero poca vida le dan a grandes valores que brillan un poquito y ya los mandan a las grandes ligas europeas.
Esperemos que haga valer toda su experiencia y categoría cuando le toque jugarla sabiendo que la Academia lleva 56 años sin ganar la Copa Libertadores.