Impresionante actuación de un equipo saudí que dejó perplejo al mundo. 80 mil personas estupefactos no daban crédito a lo que veían; Arabia Saudita, dirigida por el francés Herve Renard, hizo todo bien, todo perfecto, hasta los goles hizo bien.
Estudiaron de pe a pa al equipo argentino. El juego con la posición adelantada fue perfecto. Jugaron al filo de la navaja pero les salió bien porque el VAR no perdonó, anulando tres goles al elenco albiceleste.
Los saudíes, silenciosos, se mostraron aguerridos, no dejando mover a Messi especialmente, borrando del partido al Papu Gómez, Lauturo Martínez y siendo despiadados con el Fideo Di María.
No tuvieron pruritos a la hora de pegarle de punta y para arriba, tampoco aflojaron cuando hubo que meter pierna fuerte. El arquero Mohammed Al Owais fue la figura del partido con atajadas espectaculares en momentos clave. El 17 Hassan Tambakti, zaguero central, fue la otra gran figura del juego ordenando a sus compañeros de defensa y a sus volantes.
La doble línea de cuatro, incluso llegaron a jugar con línea de cinco en el fondo, a veces en el medio, lograron cerrar espacios sin dejar que la pelota, que la tuvo Argentina todo el partido, llegue con peligro al área.
Excelentes Al Dawsari y Al Shehri que hicieron lo que los argentinos debieron hacer: Patear al arco.
La victoria saudi fue perfecta.