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El inicio del torneo de la Primera Nacional en Argentina ha sido marcado por un trágico suceso que ha dejado consternada a la comunidad futbolística. En lo que podría convertirse en uno de los torneos más lúgubres en la historia del país, dos hinchas perdieron la vida en la jornada inaugural, elevando las preocupaciones sobre la seguridad en los recintos deportivos.
El sábado, un seguidor de 43 años del equipo Chacarita Juniors perdió la vida tras ser apuñalado, mientras que el domingo otro hincha, esta vez del Gimnasia y Esgrima de Mendoza, falleció en los incidentes previos al partido contra Defensores de Belgrano.
A pesar de que las hinchadas visitantes fueron erradicadas hace más de una década en un esfuerzo por erradicar la violencia en los estadios, los enfrentamientos mortales persisten. Ahora, en lugar de choques entre seguidores de equipos rivales, son las facciones internas de los clubes las que se enfrentan, luchando por el control y poder dentro de las instituciones, involucrándose en negocios ilícitos como drogas, venta de entradas y camisetas, entre otros.
La violencia estalló debido a una disputa entre dos grupos disidentes del mismo club. En un enfrentamiento desigual, se sacó un arma de fuego, hiriendo a tres personas, entre ellas Ricardo Valle, quien lamentablemente perdió la vida por las puñaladas recibidas en medio del caos.
A pesar de la tragedia, el partido fue suspendido solo por 30 minutos antes de reanudarse. La respuesta de la afición de Gimnasia de Mendoza, culpando a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) por no suspender el encuentro, subraya la necesidad de una respuesta urgente por parte de las autoridades.
La AFA enfrenta ahora la urgente necesidad de tomar medidas drásticas con los clubes involucrados y actuar rápidamente para prevenir futuros incidentes que podrían ahuyentar a los aficionados de las tribunas.
