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Las jugadoras de la selección española no parecen encontrar la tranquilidad. Todo comenzó con el infame «beso de la muerte» de Luis Rubiales durante la ceremonia de coronación de las campeonas del Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023, cuando besó en la boca a la jugadora Jenni Hermoso, lo que le costó su puesto. Pero el drama no terminó ahí, ya que el entrenador Jorge Vilda también fue despedido.
El nombramiento de la nueva entrenadora, Montse Tomé, ha generado controversia entre las jugadoras campeonas. La razón: su estrecha relación con Vilda como su ayudante de campo. Consideran que esto significa una continuación del antiguo régimen y argumentan que Tomé participó en reuniones individuales después de la renuncia de 15 jugadoras, lo que provocó tensiones en el equipo.
Las críticas en redes sociales no se han hecho esperar, acusando a las jugadoras de tomar decisiones fuera de su alcance. Algunos usuarios se burlan con preguntas como «¿Se entrenan ellas solas?» o incluso hacen comparaciones humorísticas, como la de un usuario que afirmó que con ese tipo de decisiones, él mismo podría despedir a su jefe y elegir a su sucesor.
La palabra que más se ha utilizado para describir a las jugadoras en este contexto es «caprichosas». La incertidumbre y la tensión siguen planeando sobre la selección española femenina en un momento en que deberían estar celebrando su histórico título mundial.
