(Foto: Tenfield) El «Bolso» se impuso en el primer clásico del año. Nacional venció por la mínima diferencia a Peñarol en partido válido por un torneo de verano. El clásico más viejo del Mundo tuvo mucha fricción y casi nada de fútbol.
Un partido típico de verano se jugó en el mítico estadio Centenario de Montevideo; Nacional y Peñarol, los más añejos rivales fuera de Gran Bretaña, tuvieron su primera pulseada, y una vez más, los albos se llevaron el triunfo.
Peñarol estrenó en el banco como entrenador al ídolo Pablo Bengoechea, mientras que el «Bolso» mantuvo al técnico Álvaro Gutiérrez, quien le dio chances a varias jóvenes promesas.
El «Profe», uno de los grandes de la historia peñarolense como jugador, colocó a los mismos jugadores de siempre y Peñarol, a como de lugar, no jugó a nada.
Hubo un claro gol del equipo carbonero en el primer tiempo; Hernán Novick ponía el 1-0 pero el juez de línea erróneamente marcó offside, generando la ira de la hinchada. A esa altura, Peñarol era más que su adversario.
Pablo Migliore chocó con un jugador de Nacional, recibiendo un duro golpe en su cabeza que le obligó, no sólo a abandonar el campo, sino que fue hospitalizado.
En el complemento, Nacional ajustó las clavijas y supo jugar con la flojeza de la defensa de Peñarol, tocó, buscó sin ser más, y encontró el gol. Carlos De Pena, de cabeza, puso el 1-0 que fue irreversible.
Peñarol terminó a los ponchazos buscando el gol del empate, pero Nacional, atrincherado en su zona despejó el peligro, de contra pudo haberlo rematado, pero cuando estaban festejando el segundo, el brasileño Diogo la sacó de la línea.
Vimos a un Nacional que pretende jugar al fútbol, que, con pocos recursos y mucho ingenio, lucha por ser el mejor, pero este Peñarol, parece más de lo mismo, con jugadores estáticos y algunos de ellos, acabados.
Nacional encara el miércoles a Universitario por la final de la Copa Bandes, mientras que Peñarol buscará el consuelo ante River Plate, en la primera hora.
@lostribuneros