El reconocido club uruguayo, Nacional, enfrentó un duro reto en La Bombonera, al verse superado en dos ocasiones por Boca Juniors, resultando nuevamente eliminado de la Copa Libertadores. Su última victoria en este torneo se remonta a 1988.
Es llamativo que, a pesar del desempeño del equipo, muchos medios uruguayos opten por enfocarse en lo positivo, resaltando que «fue una actuación digna» o que la presentación en estos octavos de final fue «notable». El análisis crítico parece escasear.
Uruguay ha demostrado ser un semillero de talentos. Pese a ser un país cuya extensión territorial es menor que la de la provincia de Buenos Aires y con una población similar a la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha cosechado triunfos a nivel mundial, como en la categoría juvenil Sub 20.
El enfoque mediático hacia Nacional podría cuestionarse, dado que la crítica constructiva es esencial para el crecimiento y mejoramiento. El club, con una rica historia que ostenta numerosos campeonatos locales, sigue en la búsqueda de ese esquivo título continental.
Con esta eliminación, Nacional continúa su camino en busca de redención y gloria.