Afonso Moreirâo dejó de existir a los 95 años de edad. Había descubierto al dos veces campeón del mundo Mané Garrincha.
Era entrenador de las formativas del club Serrano, del interior del estado de Río de Janeiro. Moreirâo descubrió al que luego fuera ídolo del Botafogo y de la selección brasileña Mané Garrincha, en 1950.
Garrincha jugaba de volante y fue el entrenador quien lo ubicó en la cancha y le enseñó los trucos que luego fueron plasmados e inmortalizaron al «Ángel de las piernas chuecas».
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