Juventus estaba casi de rodillas, parecía rendida bajo la magia de los atacantes del Barcelona. Messi y Suárez estuvieron a punto de darle la estocada final. El público ovacionaba con el «ole ole», pero, de repente, Álvaro Morata, 55′, empató la brega.
Nunca den por muerto a la Juventus. El equipo turinés, en su peor momento, puso las cosas 1-1 y se agrandó. De ser dominado pasó radicalmente a ser el dominador.
¡Partidazo!.