Si algún uruguayo soño alguna vez con el carnaval de Río y jamás tuvo dinero para poder vivirlo, no debe preocuparse porque la hinchada de Flamengo copó la ciudad de Montevideo a puro samba y cerveza de cara a la finalísima de Copa Libertadores de América ante su par brasileño Palmeiras.
Montevideo. Fígaro (corresponsal para Tribunero.com)
La capital charrúa se viste de gala para recibir la final de la Copa Libertadores de América entre los brasileños Flamengo y Palmeiras, equipos que bregarán por su tercera corona. Millares de brasileños de diversos puntos de la vasta nación sudamericana, han llegado para presenciar este histórico encuentro.
Las calles del centro montevideano y de la zona de la rambla costanera están colmadas de hinchas del «Mengo» por un lado y del «Porco» por otro. Con muchas cervezas tanto cariocas como paulistanos viven esto como una verdadera fiesta y no como una guerra como suele suceder en otras latitudes.
«Llegamos desde Manaos, Amazonas», dice un fanático del Flamengo con una cerveza en la mano y la camiseta puesta del popular equipo brasileño. En tanto, a unos pocos kilómetros, hinchas del Palmeiras nos cuentan que llegaron dos días atrás viajando desde el estado de Maranhâo (cercano a las Guayanas) combinando ómnibus.
También se sumaron hinchas de Flamengo provenientes de Las Vegas, Miami y Nueva York, que tomaron un vuelo a Buenos Aires y cruzaron a Montevideo por barco.
Hubo una suerte de encontronazo que no pasó a mayores entre los esmeralinos y la policía que los devolvía a la vereda en la zona de la rambla costanera. Por fortuna no fue más que eso.
Al ser consultados sobre qué les parecía la ciudad de Montevideo, los brasileños se mostraron fascinados con la belleza. Respecto al partido oímos testimonios de los más locos, como decír que van a ganar 9-0 como hasta el senasato 1-0.
Familias enteras vinieron especialmente desde San Pablo (hinchas de Palmeiras) y de más al norte Río de Janeiro (Flamengo)
Multitud de hinchas flamenguistas versus un puñado de simpatizantes palmeirenses es el panorama. Los seguidores del Mengo se comportaron alegres y afables, en menor escala los pocos palmeirenses que se encontraban allí.
Igualmente la otra parva de hinchas llegará el mismo sábado antes de las 17 que es la hora del comienzo del encuentro en el Centenario.