Barcelona sufrió más de la cuenta en el Camp Nou y estuvo a punto de quedar eliminado de la Champions, luego que Pastore ponga a los parisinos en ventaja en la segunda parte; Messi ingresó para apagar el incendió y con su magia gestó la jugada que acabó en el gol salvador.
Los catalanes jugaron nerviosos y displicentes ante un Paris Saint Germain que fue al Camp Nou con la idea de llevarse la clasificación a la glamorosa capital francesa.
PSG le trabó bien la mitad de la cancha, se cerró muy bien, esperó en su zona con una notable disciplina táctica y de contra trató de desarmar al Barcelona.
El dueño de casa, sin Messi en la cancha, arrancó dueño del balón y de la iniciativa pero no podía pasar de los tres cuartos de cancha; frente al elenco español había una muralla gala que se encargó de no pasar zozobra.
Cada vez que el PSG salía de contra, el arco del Barcelona temblaba y el arquero Valdés tuvo que demostrar su calidad cuando fue apurado. Lavezzi tuvo una muy clara, por ejemplo, y que no fue gol de milagro. Los catalanes estaban nerviosos, ansiosos y displicentes, por eso, el cordobés Pastore al quinto minuto del complemento ponía en ventaja al PSG y silenció, así, a los casi 100.000 aficionados apostados en las graderías del Camp Nou.
El silencio y el estupor parecían adueñarse del estadio, PSG estaba por dar un zarpazo y liquidar la brega. La gente comenzó a clamar por Messi y Tito Vilanova a los 17’ mandó al rosarino a la cancha.
La ovación del público aumentó el ánimo del equipo y los jugadores motivados por ingreso de la “Pulga” empujaron al equipo.
Messi tomó el balón en la mitad de la cancha a los 26’, dejó a algunos rivales por el camino, se la pasó a David Villa que se la sirvió a Pedro y éste sacó un zapatazo que hizo vibrar a la multitud: golazo.
El 1-1 le sentó a la perfección al Barcelona, los catalanes seguían jugando mal pero, al menos, estaban tranquilos con el empate y se dedicaron a cuidar el arco, de no recibir un gol en su arco que los elimine.
La gente, curiosamente, comenzó a pedir la hora y silbar al árbitro para que éste finalice la brega. Barcelona supo guardar el balón y hacer correr el reloj, por eso, llegó a la semifinal.
@lostribuneros