Messi. De poco sirven los récords

Nadie puede dudar de que Lionel Messi es el mejor jugador del mundo. Y por si hacía falta, que la hacía, lo refrendó en la Selección en esta Copa América Centenario, con buenas actuaciones, pases, golazos, el récord de máximo artillero argentino. Pero…

Siempre parece haber un pero en el destino del crack con la camiseta de su país. Será que se contagia del mal destino de sus compañeros, que alargan la insoportable racha de 23 años sin nada volviendo a perder. Lo cierto es que, en el momento en que más se lo necesitaba, en el momento más importante, el de la final, otra vez se cayó. Otra vez mostró poco, otra vez lejos del arco, otra vez sintió el rigor de la marca y no pudo deshacerse de ella. Otra vez le faltó precisión para los tiros libres. Otra vez, como contra Alemania en 2014, como contra el mismo Chile en 2015.

Uno no deja de gritar “qué grande la Pulga” cuando ve que de un tiro libre fabuloso rompe un récord de otro monstruo como Gabriel Batistuta. No es la idea destrozarlo por la derrota. Pero de poco sirven los instantes de felicidad ante Panamá, con un triplete en media hora, ante Venezuela o Estados Unidos, con sus golazos. Son dulces que en la boca duran poco, en el estómago no pesan. Sólo endulzan por un rato. Porque el postre,la final, es el más importante, y Messi falló otra vez, tanto en su nivel como en su incidencia en el partido. Los récords son elogiables, nadie dice lo contrario. Pero los grandes también tienen que aparecer en el tiempo clave, como Diego Maradona en el 86, como Batistuta en el 93. Y por ahora, ésta es una materia que Messi debe.

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

@lostribuneros

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