Mauro Viale seguirá relatando eternamente

Como si el fútbol argentino no hubiera perdido físicamente grandes nombres entre jugadores y periodistas, se sumó este domingo la inesperada partida de Mauro Viale, otra víctima del maldito coronavirus, que cortó su rica vida en su gran momento laboral y dejó otro vacío innegable, difícil de aceptar. 

Se podrá hablar de sus programas de alto impacto de los 90, reírse de sus muletillas tipo «¿Quién mueve?» y mil pequeñeces del estilo. Quienes profesamos periodismo de verdad, serio, coherente, respetuoso de quien está enfrente, hacemos y aremos foco siempre en su cultura, sabiduría, calma. En esos inolvidables, excelentes relatos de los 70 y 80que por desgracia hoy son tomados burlonamente, hasta dejados de costado, se prefiere la locura o la tontería. 

El Mauro de la pelota redonda nació en 1947 en Buenos Aires y en los años 70 comenzó su carrera como reportero y ocasional comentarista de los encuentros de la Primera División. En 1974 fue uno de los enviados especiales al Mundial de Alemania por el viejo canal 11, hoy Telefé. Fue en mayo de 1977 cuando empezó su tarea más recordada en el deporte rey, al relatar para Canal 7, que con la proximidad de la Copa del Mundo de Argentina se convirtió en Argentina Televisora Color (ATC). Así impuso su jerarquía a la narración, nombrando sólo al protagonista, sin descripciones inútiles ni la alienación que envuelve a varios de la actualidad. De esa forma y con Enrique Macaya Márquez, otra potencia periodística a su lado, hizo el deleite de todos no sólo con el campeonato doméstico sino con la Selección, a la que acompañó para los Mundiales de 1978, 1982 y 1986, éste donde tuvo el privilegio de contar al país las hazañas de Diego Maradona y el título en México.  

Ya para entonces, Viale era también la voz del recién creado ciclo Fútbol de Primera, que desde el 4 de agosto de 1985 lo tenía como descriptor del partido principal. El legendario programa que terminó en 2009 era obra, como decía su clip de apertura, del empresario paraguayo Carlos Avila, fundador un año antes de la productora Torneos y Competencias, encargada de la realización de la emisión que los domingos atrapaba a todo futbolero con la cena.  

Así Mauro trabajó con los títulos de River de Veira, Central y Newell’s, el Independiente de Bochini, las caóticas Liguillas Prelibertadores y más. Hasta que en el invierno de 1989, Fútbol de Primera fue traspasado de ATC a Canal 9, que contaba con otro ícono, Marcelo Araujo, como voz destacada. Entre el cambio y su fidelidad a la emisora de su vida, Viale decidió imprevistamente dejar el relato. Además, en una entrevista que dio años atrás en el diario La Nación, confesó que un día le dijo a Avila: «Negro, no quiero relatar más, me aburrií».   

Su último encuentro, según averiguaciones de Tribunero.com, fue el 27 de julio de 1989, nada menos que un River-Boca pero por la loquísima Liguilla Clasificación para la Copa Libertadores 1990. El famoso minitorneo fue dividido entonces en rueda de ganadores y perdedores, en ésta los colosos habían llegado a la final y tras dos empates sin goles, ese 27 River ganó 2 a 1 y siguió en carrera, para meses después batir a San Lorenzo de Almagro y lograr el segundo lugar copero aparte del campeón liguero Independiente.  

Se podrán recordar muchas cosas de poca monta. Pero Mauro Viale fue el periodista, el narrador, el director de noticias, un ícono más del antiguo rico periodismo. Pero sobre todo del relato. Porque ese «gool» corto, esa cultura, esa voz tan propia y entradora al televidente no le hará caso al «Negro» Avila: seguirá con el micrófono en el canal de la eternidad. 

Diego  Martín Yamus. 
diegoanita@hotmail.com.ar 

@lostribuneros

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