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A principios de los años 90, había en Sudamérica una expansión competitiva con una explosión de nuevos torneos. La Supercopa, la Recopa, la Copa CONMEBOL eran algunas. De pronto la entidad decidió agregar dos nuevas, que con el tiempo se consideraron oficiales: Master Sudamericano y Copa de Oro, ambas ganadas por Boca, que así sumó a su palmarés. Aunque sus rivales argentinos se le rieran hasta hoy en la cara.
El Master se jugó en 1992 entre los campeones existentes de la Supercopa, aquel certamen para vencedores de la Copa Libertadores. Los afortunados eran cuatro: Racing (campeón en 1988), Boca (1989), Olimpia de Paraguay (1990) y Cruzeiro (1991). Se encontraron entre el 27 y el 31 de mayo en la cancha de Vélez Sarsfield, jugando en semifinales por sorteo. Boca eliminó 1-0 a Olimpia y Cruzeiro a Racing (1-1 y 3-1 por tiros desde el punto penal) y ambos definieron el 31, previo triunfo de los paraguayos sobre la Academia 2-1 por el tercer puesto. En tarde de pleno sol, el xeneize dirigido por Oscar Tabárez derrotó 2 a 1 al azul de Belo Horizonte, con goles de Diego Soñora y Alejandro Giuntini, empatando parcialmente Edson, y se llevó el cuadrangular.
Al año siguiente, en julio de 1993, la CONMEBOL volvió a sorprender y creó la primera edición de la Copa de Oro Nicolás Léoz, su presidente por entonces. El mismo integraba a los campeones de cada competencia sudamericana de 1992: Boca por ese Master, Atlético Mineiro por la primera Copa CCONMEBOL, Cruzeiro por la Supercopa y Sao Paulo por la Copa Libertadores. Volvieron a jugar en semifinales, una de ellas a ida y vuelta y otra a eliminatoria única. Boca había derrotado a Sao Paulo 1-0 pero cayó 0-1 en el estadio Pacaembú, por lo que hubo que recurrir a un tiempo suplementario con el novedoso gol de oro. Apenas arrancó, el gran uruguayo Sergio Martínez convirtió el 1-1 y el pase a la final con el Mineiro, vencedor del Cruzeiro por penales tras igualar sin goles.
La ida fue el 14 de julio y en partido deslucido, el empate a cero lo dejó bien parado a Boca para la revancha en la Bombonera el 22. Y allí, Carlos Mac Allister cabeceó un córner a los 53 minutos y logró el gol del 1-0 y el singular segundo título para los de la Ribera. Ambos fueron un bálsamo para un equipo que, si bien había sido campeón argentino en el 92 tras 11 años, atravesaba un lío interno de vestuario conocido como «halcones y palomas», además de un irregular nivel futbolístico. Así Boca festejó de forma oficial. Aunque no fuera una Libertadores, ni la Supercopa que ganara en 1989, fue feliz. Las ironías de otros poco le importaron e importan hasta hoy.
Así ganó Boca el Master:
Y así se llevó la Oro:
Diego Martín Yamus.
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