Estábamos tomando un café con un hombre de 87 años, porteño, tanguero y futbolero hasta la médula. Don Lorenzo, hombre de Boedo, y como tal, fanático de San Lorenzo, miraba la tele con asombro, tras la cobarde agresión que sufrió un parcial de Quilmes, víctima de otros hinchas del mismo club.
«Estos maricones sin códigos deberían estar presos» decía Don Lorenzo mientras endulzaba su café «en mis tiempos ibas a la cancha y te agarrabas a piñas, mano a mano, con los contrarios pero nunca con un hincha de tu mismo cuadro» explotó.
Seguimos la conversación y profundizábamos en el tema, que no se trata de una pelea porque uno es más fanático que otro, sino que indigna ver cómo se matan por tener el dominio de una barra que les produce mucho dinero, importándoles nada el club.
«No son hinchas, son mercenarios que van a cobrar por estar en una tribuna, trabajan de hinchas, pero no lo son» prosiguió «Hace mucho tiempo era vergonzoso ver como una hinchada emboscaba a la otra, por rivalidad, pero esto causa indignación, que se maten entre ellos y por plata te hace sacar».
Marcelinho
@lostribuneros