Salvo los excelentes resultados recientes (campeón de Asia, tercero en la Copa de Oro de la CONCACAF) se sabe bastante poco de la vida de la selección de Qatar, aunque juega desde mediados del siglo XX. Tanto que será debutante en la Copa del Mundo en este 2022 y por organizador. Es lógico que menos se sepa de quiénes han sido sus emblemas. Pues bien, uno de ellos es Mansour Muftah, que durante más de dos décadas dio prestigio y goles al combinado nacional y a su fútbol en general.
Nacido en la capital Doha un 22 de noviembre de 1956, su nombre completo es Mansour Muftah Faraj Al-Abdullah. Debutó en el equipo en 1976, en la Copa de Naciones del Golfo en su país, y allí marcó cuatro goles en seis partidos para llevarlo al tercer puesto, a un punto del campeón Kuwait e Irak. Así fue destacado delantero tanto en competiciones regionales como internacionales. Integró el conjunto que estuvo a punto de clasificarse para el Mundial de Italia 1990, lo que no logró por un punto menos que Emiratos Arabes Unidos. Y permaneció con la camiseta marrón hasta 2000, señalando 55 goles en 86 apariciones.
Pero en su medio arrasó con su gran amor Al Rayyan, donde comenzó en 1974 y jugó hasta 1995. Ganó siete ligas, una Copa del Príncipe de la Corona de Qatar y la del Jeque Jassem. Luego obtuvo ésta pero con el Al Wakrah, donde estuvo hasta 1998, y terminó su carrera en el Al Sailiya en 2000. Además fue varias veces máximo goleador liguero. Lo más importante es que Mansour Muftah dejó su huella para poner a Qatar en el mapa, ahí donde casi nadie sabe que existe.
Diego Martín Yamus
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