El tigre es el animal nacional de Malasia, el desarrollado país asiático situado en pleno sudeste del continente, con Tailandia, Singapur, Indonesia o Brunei cerca. Pero en el fútbol, los Arimau Malaya (tigres malayos) no tienen garras tan afiladas, siendo después de tailandeses y singapurenses la tercera fuerza regional, más allá de su larga tradición del balompié.
Antes de su independencia, Malasia ya tenía vida en el fútbol, claramente legado de su colonizador, el Reino Unido de Gran Bretaña. En los inicios de los años 20 ya se disputaban ligas zonales, y en 1933 fue fundada la Malaysia Football Association (MFA), que recién en 1956 se afilió a la FIFA Y dos años después a la AFC, la Confederación Asiática. Sin embargo, el primer partido de la selección amarilla y negra fue el 13 de abril de 1953, cuando la Unión Malaya, su nombre oficial por entonces, perdió 2-3 con Corea del Sur en un amistoso en Singapur.
Tras las afiliaciones citadas, Malasia fue haciendo pie, al menos en sus varios torneos regionales. Su primer desafío fue en 1956, cuando tomó parte en las eliminatorias de la Copa de Asia; superó bien a Camboya, pero en la defninición cayó con Vietnam del Sur. Al año siguiente, en 1957, cuando obtuvo su independencia, creó y organizó la Copa Merdeka, que en idioma malayo significa «independencia». El certamen se disputó en el estadio del mismo nombre, como para que el festejo por la novedad fuera total. Pero la selección quedó afuera en la ronda 2. El desquite llegó en 1958, cuando logró el título y así su primer campeonato oficial, que repitió 10 veces más, igual que otros compromisos como la Kings Cup, los Juegos de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, de la que en 1967 fue uno de los fundadores), la Copa Independencia de Vietnam y el Torneo Aniversario de Yakarta, Indonesia.
Todo eso no fue nada comparado con la epopeya de 1971. En espectacular, inédita tarea, Malasia se clasificó por primera vez para un certamen grande: los Juegos Olímpicos, que se disputaron en Munich en 1972. En el pentagonal jugado en Corea del Sur, se dio el gusto de batir a los locales y a Japón, dos gigantes, y con los goles de Syed Ahmad y Looi Loon Teik fue a Alemania, donde sucumbió ante los poderosos germanos federales (0-3) y Marruecos (0-6), pero derrotó a Estados Unidos 3-0, quedando igual afuera en la fase inicial.
Fue una década pródiga para el equipo, que en 1973 tomó parte en su primera eliminatoria para un Mundial, el de Alemania, aunque como sería siempre no tuvo éxito. En cambio en 1976 realizó otra gran campaña dejando en el camino a Tailandia, el local, y otra vez a Corea del Sur y entrando a su primer Copa Asiática, en Irán, donde cumplió decoroso papel cayendo apenas con Kuwait y empatando con China. Y para completar esso 70 de grandeza, volvió a clasificarse para los Juegos Olímpicos de Moscú, pero se retiró plegándose al boicot de los países occidentales en respuesta a la invasión de la URSS un año antes a Afganistán.
Después, las sonrisas de Malasia fueron esporádicas, casi se diluyeron. Participó en 1981 en la Copa Presidente en Corea del Sur, donde fue goleado por Racing de Córdoba, y en 1982 recibió con el Selangor, uno de sus más populares clubes, la visita de Diego Maradona con su Boca Juniors. En las eliminatorias mundialistas consiguió un puñado de buenos resultados, como el sonoro 1-0 a los surcoreanos en 1985 o los 1-1 con Arabia y Kuwait de 1993, pero luego el nivel del equipo cayó libremente, a pesar de los muchos entrenadores extranjeros. Ese 93 tuvo su mejor ránking FIFA, 75, y en 1996 empezó a jugar el campeonato de la ASEAN, entonces llamado Tiger Cup, que ganó en 2010 por única vez. En 1997 acogió el Mundial Sub 20, donde fue marginado en la primera ronda pero le hizo fuerza al Uruguay de Zalayeta y Olivera, futuro subcampeón de la Argentina de José Pekerman. Diez años después fue organizador pero de la Copa de Asia, junto a Indonesia, Vietnam y Tailandia, en la que intervino por tercera vez y donde nuevamente cosechó malos resultados.
Los Tigres no han vuelto a alcanzar ni por asomo aquel nivel interesante de los 70 y 80. Para Rusia 2018 fueron superados ampliamente, como que Emiratos Arabes Unidos les infligió la peor derrota de su historia con un 10- 0 en Abu Dhabi. Y ya han quedado al margen de la próxima Copa continental, que se jugará en tierra emiratí en 2019, al ser últimos con un solo punto en el Grupo B, que colocó al Líbano. La selección es dirigida por el portugués Nelo Vingada, campeón con el Sub 20 de su país en 1991 como local, que sucedió un corto paso de Roberto Mario Carlos Gómez, el ex Ferro Carril Oeste que dio la vuelta con el Darul Takzim FC, el mejor club local hoy en día. Y ocupa actualmente el puesto 174 en la FIFA. Su máxima figura histórica es el delantero Dollah Salleh, que ostenta la mayor cantidad de goles, con 48, y de presencias, con 152. Además, el español Francisco «Kiko» Insa es parte del plantel nacional.
Malasia comenzó su historia con campeonatos regionales, donde jugaban representativos de los 13 estados en que se divide, de la policía, de las fuerzas armadas y dos equipos invitados de Singapur y Brunei. En 1982, se creó la primera liga nacional, que en 1989 pasó a ser semiprofesional y en 1996 tomó el nombre de Premier League, hasta que en 2004 cambió a su denominación actual: la Superliga, con 12 clubes y tres niveles, donde el Johor Darul Takzim (que dirigió Mario Gómez y donde jugaron argentinos) es el actual tetracampeón, desde su primer vuelta en 2014. Pero el Selangor es el más exitoso, con 6 conquistas. También existe la Copa de la Liga, la FA Cup y la Charity Shield, bien al estilo inglés. El estadio nacional Bukit Khalil, inaugurado en 1996, ubicado en la capital, la populosa Kuala Lumpur, es el más grande con más de 87 000 espectadores. Y fue un malasio (gentilicio también aceptado), Mohd Faiz Subri, quien ganó el Premio Puskas de la FIFA al mejor gol de 2016.
Larga tradición, buen arrastre (casi 50 000 personas en cada partido de liga), una selección con buenos antecedentes. Pero es poca comida para estos Tigres hambrietnos de un buen pasar en el fútbol.
Diego Martín Yamus.
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