Palmeiras está a pasitos de caer por segunda vez en la historia del campeonato brasileño a la «B» pero sus directivos comenzaron a dar manotazos de ahogado fuera de las canchas, en los escritorios.
La directiva del popular equipo paulistano comenzó a «pegar fuerte» fuera de los campos de juego y lograron, al menos hasta el día 22 de noviembre, congelar el resultado adverso de 2-1 ante Inter en Porto Alegre, porque juzgaron que a su atacante argentino Hernán Barcos le anularon un gol legítimo.
Palmeiras no funciona dentro de la cancha y comenzaron a «apretar» dirigentes y apelaron a la «justicia» deportiva para reclamar puntos de cada partido, que a su entender, le robaron penales, les marcaron goles o les cobraron penales injustos.
Esperemos que si este tipo de justicia se diera a lugar, les agreguen el legítimo gol que le robaron al Coritiba a mediados de octubre, cuando Deivid marcó un verdadero golazo y el línea cobró un offside que nadie se lo creyó.
@lostribuneros